Qué son los aranceles y cómo afectan a los mexicanos

En días recientes, la palabra “arancel” se ha posicionado como una de las más utilizadas en las primeras planas de los diarios y en las noticias principales de los noticieros de radio y televisión.

También se convirtió en un vocablo que tiene el poder de hacer que el peso caiga a su peor nivel del año y provocar preocupación en los expertos en economía; sin embargo, un arancel es algo que nos afecta a todos, sin importar a lo que te dediques.

Desde que Donald Trump anunció la imposición de aranceles para el acero y aluminio provenientes de nuestro país, México se ha encargado de demostrar su inconformidad y anunciar medidas similares en contra de Estados Unidos, dando pie a una “guerra comercial” en la que los más perjudicados no son los empresarios, ni los gobiernos, si no los consumidores finales.

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¿Qué es un arancel?

Un arancel se define como un impuesto aduanal a productos y servicios provenientes del extranjero para que puedan ingresar legalmente a otro país.

En pocas palabras, se trata de un pago que deben hacer los productores para tener permiso de introducir sus productos a un país extranjero.

Por ejemplo, un productor mexicano de aluminio, deberá pagar un porcentaje extra del costo real de su producto al gobierno de los Estados Unidos, para que le permitan introducir y comercializar su material en dicho país.

Los aranceles existen en todos los países y cada gobierno tiene el derecho de imponer ese impuesto a los productos y servicios de los países que considere necesarios para fortalecer su economía, siempre y cuando no se violen las normas internacionales de comercio.

En muchos casos, los países firman acuerdos de libre comercio para reducir o eliminar esos aranceles, y permitir la exportación e importación de productos en beneficio de las naciones involucradas.

¿Cómo afecta un arancel?

El hecho de que los productores deban pagar un impuesto para poder llevar sus productos a otro país, afecta en varios niveles.

Los empresarios y productores se ven en la necesidad de aumentar sus precios para poder solventar el costo del arancel; esta situación los vuelve menos competitivos en el extranjero y sus ventas pueden registrar caídas.

Si las ventas caen, las empresas reducen sus ingresos y, por lo tanto, llegan a tener la necesidad de hacer recortes de personal, provocando desempleo.

Por otro lado, los países que imponen el arancel, lejos de fortalecer su economía y fomentar el comercio interno, corren el riego de propiciar que sus industrias bajen la calidad de sus productos y puedan aumentar sus precios, debido a que disminuye la competencia.

Esto provoca que, cuando el mercado se vuelva a abrir, resulten ser menos atractivos en el extranjero.

Finalmente, los consumidores son los más afectados, ya que los precios de los productos a los que se les aplicó el arancel, y de aquellos que requieren de esos materiales para poder ser elaborados, subirán.

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ODT