Diabetes por susto, un mito muy mexicano

 

Los niveles de glucosa se elevan, pero el sobresalto por sí solo no la genera


Diabetes por susto, un mito muy mexicano

Es muy común escuchar entre los mexicanos que una persona enfermó de diabetes por culpa de un gran susto o un coraje.

A pesar de que hay personas que están convencidas de que un susto o un enojo fue lo que les ocasionó esta enfermedad crónico degenerativa , esto no es cierto.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no genera la insulina necesaria o el organismo no usa de forma eficaz la hormona producida por este órgano.

No obstante, cuando se presenta un estado de alarma, los niveles de glucosa y cortisol se elevan, pero el susto por sí solo no la genera, lo cual echa por tierra el mito de los mexicanos.

“Con un susto se empiezan a secretar diferentes hormonas, las hormonas no funcionan adecuadamente, y si esto se hace de manera constante el cuerpo no va a trabajar, va a dejar de funcionar, entonces puede haber afectación del páncreas”, apuntó el doctor José Manuel Huerta Hentschel.

Agregó que este tipo de secreción de hormonas hace que el cuerpo no funcione bien y combinado con una predisposición genética va a ser el disparador para que se dé la enfermedad.

Huerta Hentschel explicó que el ejemplo anterior puede ser un factor que eleva las probabilidades de generar la enfermedad, pero no una causa directa.

Junto a este mito de los sustos viene otra serie de creencias populares, como que después de pasar por un estado de alarma es bueno comer un bolillo, o que no se debe ingerir agua.

El médico señaló que este tipo de afirmaciones generacionales también son falsas, por lo que recomendó a las personas a modo de prevención, mantenerse hidratadas de manera correcta en todo momento, para que el cuerpo esté listo ante cualquier eventualidad.

“Comer pan y no tomar agua es un mito. Cuando te pasa un sobresalto tú debes seguir tus indicaciones normales; uno siempre debe estar bien hidratado, por eso se recomienda que se beba de uno a dos litros diarios de agua”, manifestó.

Huerta Hentschel refirió que otros factores de riesgo para que se genere diabetes son obesidad y sobrepeso, esto por múltiples cuestiones como son metabólicas, ejercicio, alimentación, que se hacen de manera equivocada, pero que no se relacionan de forma directa con la enfermedad crónica.

“Los factores de riesgo son como semáforos, mientras más naranjas o rojos, aumentan las probabilidades de tener la enfermedad. Lo que se debe hacer es pasar las luces preventivas a verdes”, sostuvo.

“Sobrepeso y obesidad son factores para que se desarrolle diabetes, lamentablemente México está en el número dos en población adulta y número uno en obesidad infantil; aquí estamos aumentando el factor de riesgo y estas probabilidades”, acotó.

En cuanto a las personas que sufren de obesidad y sobrepeso pero que no tienen diabetes, el galeno recomendó que aumenten la actividad física, combinada con una dieta adecuada bajo la supervisión de un nutriólogo.

“Sabemos que si hace todas estas medidas puede bajar el riesgo de que se desarrolle la diabetes 34 por ciento, con estas simples medidas tres cuartas partes a un tercio se está disminuyendo, son medidas sumamente sencillas”, aseguró.

Además de ser un factor de riesgo, el sobrepeso trae problemas ortopédicos, pues afecta de manera progresiva articulaciones, ya que el individuo se ve obligado a cargar más peso de lo que su cuerpo debiera.

Debido a que es una enfermedad multifactorial, la gente que es delgada también puede padecer diabetes, según el doctor en estos casos es de manera principal por cuestiones genéticas.

En cualquier circunstancia Huerta Hentschel destacó que es importante mantener una buena dieta, caminar media hora diaria por lo menos cuatro veces a la semana, a fin de reducir los factores de riesgo y probabilidades.

Actualmente 442 millones de personas en el mundo viven con diabetes, y en México se estima que existen 11.5 millones de diabéticos que la mayoría no saben que tienen esta enfermedad, cifra que ascenderá a casi el doble para 2040 en nuestro país.