Lucha libre y música se mezclan en la sangre de Ska Boy

El 24 de noviembre se realizó un espectáculo único en el Teatro Metropolitán de la Ciudad de México: la lucha libre, el deporte que evoca el enfrentamiento eterno entre el bien y el mal y en donde las máscaras salen a relucir, hizo su aparición en un concierto de ska.

Con un cuadrilátero de telón, la banda mexicana Los Korucos presentó su más reciente disco “De a 2 ke 3+10 caídas sin límite de tiempo” y mientras ellos le daban a la música, en el ring luchadores como El Hijo de Fishman, Canek Jr., Tinieblas y Ska Boy se daban unos buenos golpes y “azotones”.

CapitalMedia platicó con uno de los gladiadores participantes en este sui géneris espectáculo: Ska Boy, quien en su nombre lleva reflejado su gusto por este tipo de música que surgió en Jamaica en los sesentas y que en México se popularizó en los noventas con la aparición de grupos como La Matatena, Panteón Rococó, La Santísima Trinidad, Salón Victoria, Sekta Core y La Tremenda Korte (por mencionar algunos).

“Aparte de la lucha libre tengo otra pasión que es la música; mi género preferido es el ska. Hubo una etapa en mi vida en la que no sabía a qué dedicarme, si a la música o a la lucha, antes de ser luchador toqué en algunas bandas. Tocó saxofón, trompeta y trombón”, narró el esteta.

Cuando Ska Boy decidió dedicarse de lleno al deporte de los “costalazos” fusionó en su nombre su pasión por la música y la lucha libre… “Estoy dedicado a la lucha al 100%; creo que estar en una banda requiere un compromiso igual de grande. Cuando tocaba en las bandas era cuando daba mis primeros pasos en la lucha y a veces se cruzaban los horarios de la tocada con los de la lucha, era una u otra y al final me dediqué al  deporte”, contó.

Sobre su participación en el citado concierto del Metropolitán, Ska Boy consideró un honor el haber compartido el escenario con una banda que él admira desde que estudiaba en la secundaria: “estar con ellos fue espectacular, antes de salir las piernas me temblaban, no sabía cómo reaccionar ante un evento así porque fue totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, ellos tocando, nosotros luchando”.

Sobre sus gustos musicales el luchador confesó que sus bandas preferidas son varias, destacando Sekta Core, de Atizapán, de donde él mismo es originario, Los Hijos del Muerto (banda de ska-core), Los Korucos, Raztlán y de Argentina Los Caligaris y Los Auténticos Decadentes.

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Sobre su periplo en “el arte del catch”, Ska Boy contó que cuenta con cinco años de carrera como profesional. “A los ocho años empecé a entrenar lucha olímpica, a los 14 inicié con los entrenamientos de lucha libre en la Arena López Mateos, con el profesor Rocky Santana, y a los 16 debuté en una arena en Tultitlán. Ha sido difícil pero he logrado con el personaje lo que me propuse desde que lo elegí: que me conocieran las bandas de ska, la gente que escucha ska, que se dieran cuenta que había un luchador que representa el género musical dentro de la lucha libre”.

En su breve carrera Ska Boy ha tenido la oportunidad de pisar grandes cuadriláteros y hasta se ha presentado en funciones de una de las empresas más importantes dentro del pancracio nacional, AAA, en cuatro ocasiones aunque, aclaró, él sigue siendo independiente (no pertenece a ninguna empresa).

Sobre sus ejemplos a seguir dentro de la lucha libre, el joven confesó que admira a Negro Navarro, “quien es un maestrazo en el llaveo y contrallaveo”, a Blue Panther, Negro Casas quien “a pesar de la edad tiene una condición y físico admirables”, Dr. Wagner Jr., que ahora es Rey Wagner y al Perro Aguayo.

De lesiones

Rememorando lo que aconteció con el Hijo del Perro Aguayo, quien murió trágicamente arriba de un ring o la reciente lesión de la luchadora Goya Kong (AAA) quien terminó con una pierna rota, Ska Boy consideró que lo mejor que se puede hacer para tratar de evitar una lesión es entrenar.

“Hay que seguirte preparando. Hasta el luchador más experimentado corre el riesgo de poder lastimarse. En mi caso manejó la lucha aérea, manejó más las cuerdas y estoy más expuesto a que, por ejemplo, haga un vuelo y se me resbale el pie en una cuerda y caiga. Nunca se esta exento a una fractura”, aseveró Ska Boy.

Su máscara

Para Ska Boy su tapa es su segunda piel, la que lo hace ser “otro yo, o quizá el yo verdadero que se desenvuelve arriba de un ring”.

El gladiador consideró que a la máscara hay que respetarla… “Yo cuido mi identidad, quizá lo que me delate sea mi cabello. Trato de respetar el misticismo y el misterio que representa una máscara”, consideró.

Sus rivalidades

El atleta confesó que mantiene una férrea rivalidad con Davo Extreme. “Somos del mismo peso, él maneja el estilo extremo y el 30 de diciembre vamos a enfrentarnos una vez más, en mano a mano, en Texcoco. La lucha extrema no es mi fuerte pero me voy a meter en su terreno, no lo voy a dominar en su terreno pero lo voy a hacer que se meta al mío, ya que no domina tanto el llaveo y contrallaveo, va a haber un choque de estilos”.

Ska Boy ya cuenta con una tapa en su vitrina, la de su otrora rival Hiku El Guerrero y ahora va por la cabellera de Davo Extreme.

Consejos de luchador

A la lucha libre hay que amarla, consideró el joven esteta y aconsejó que quien quiera ser luchador debe de entrenar con alguien preparado desde pequeño. “La lucha libre es mágica, por los vuelos, el misticismo de las máscaras, las capas… Es un deporte muy difícil, arriesgado, te pierdes de compromisos familiares, pero si en verdad te gusta hay que entrarle y aguantar los guamazos”.

A futuro…

Sobre su futuro, el luchador confesó que hay planes para que se presente en Guatemala y El Salvador el próximo año y que su sueño es luchar en Japón.

También dijo que tiene “mucha ilusión” de llegar a pisar el ring de la cuasi mítica Arena México y ser parte de alguna de las empresas que lideran el mercado luchístico mexicano, llámese CMLL o AAA.  

“Me gustaría enfrentarme, medirme, con un luchador ya experimentado como Blue Panther o el Negro Casas, sería una buena experiencia”, finalizó diciendo el atleta.

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FF