Acuden fieles en Morelia, al encuentro con la Guadalupana

 

La festividad se hace presente en cada iglesia en Morelia, aunque la mayor concentración se vive en el Santuario Guadalupano


Miles de devotos católicos recorren este 12 de diciembre en Morelia el camino de la fe, el que les llevará al encuentro con la Morena del Tepeyac para agradecer los favores recibidos, pedir alguna gracia o simplemente rendir culto a la Virgen de Guadalupe.

Desde temprana hora los sonidos de cohetes, mariachis y cantos anunciaron la celebración y familias enteras de fieles acudieron al llamado. Algunos caracterizados como indígenas, con flores y cirios en sus manos y acompañados por imágenes de la Virgen.

La festividad se hace presente en cada iglesia en Morelia, si bien el epicentro es el Santuario Guadalupano, ubicado en las inmediaciones de la zona oriente del centro histórico, que recibe a sus visitantes procedentes de la calzada Fray Antonio de San Miguel, de la avenida Tata Vasco, cerrada a la circulación vehicular para facilitar el acercamiento de los peregrinos o de las plazas Jardín Morelos y Jardín Azteca, aledañas al centro de culto católico.

Entre puestos semifijos que ofertan a los transeúntes desde gorditas de nata, caramelos, tacos, pizzas y bebidas refrescantes, hasta veladoras, cirios, trajes típicos, trenzas y rebozos, los devotos se aproximan a la entrada del Santuario Guadalupano, un paso que puede requerir más de una hora de espera.

En la muchedumbre destacan personas que hacen el recorrido de la calzada Fray Antonio de San Miguel arrodillados sobre el suelo de cantera, algunos auxiliados por sus familiares y cobijas que hacen menos penoso el esfuerzo, otros, únicamente apoyados en su fe.

Los cantos y los rezos se dejan oír entre los ruidos de la multitud y los llantos de algunos infantes cansados en los brazos de sus padres, más atraídos por los juguetes y los juegos de azar que por acudir a los pies de la virgen de Guadalupe.

Quienes han cumplido su cita anual con la Morena del Tepeyac o quienes aguardan a que baje un poco la afluencia de visitantes en las puertas del santuario para poder acceder, se entretienen con la representación de un rito indígena o en los numerosos puestos semifijos instalados a los costados y en la zona frontal del templo.

En el interior del abarrotado recinto católico, los fieles se conforman con observar la imagen de la Morenita, no les importa ni el tiempo invertido para permanecer unos minutos en su compañía, ni tampoco escatimaron en dinero para comprar un ramo de rosas, una vela o cirio.

Tras su estadía en la zona, los peregrinos se llevan un poco de esperanza, la tranquilidad del deber satisfecho, pero dejan toneladas de basura, principalmente envolturas y envases de alimentos, residuos orgánicos y servilletas de papel como testimonio último de la devoción guadalupana que se vive en Morelia.