Cárteles en la CDMX, desde 2006

 

Asegura expolicía de investigación


En la Ciudad de México operan grupos del crimen organizado por lo menos desde 2006, con la incursión del cártel de los Beltrán Leyva, en 2010 con el surgimiento de la Unión de Tepito y el Cártel de Tláhuac en 2012, aseguró José Ramón Bernal, presidente del Movimiento Nacional por la Seguridad y en Pro de la Justicia.

En entrevista para CAPITALMEDIA, el ex policía de investigación afirmó que aunque las autoridades federales y capitalinas lo nieguen, el grupo que comandaba Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, tiene las características y el poderío de un cártel convencional.

“Sabemos que desde hace mucho tiempo en el Valle de México ha estado la presencia del crimen organizado, del lado del sur de la ciudad está el grupo de los Beltrán Leyva, en la zona de Tlalpan; todo mundo sabe que Tepito está controlado por la Unión y que recientemente este Cártel de Tláhuac operaba todo lo que es parte de Iztapalapa, Tláhuac y Ciudad Universitaria”, afirmó el defensor de policías.

“Si una banda tiene armas de alto poder, una estructura para mover a toda la gente de los bicitaxis o mototaxis como ‘halcones’, la capacidad financiera para lavar dinero y someter a la población, yo creo esto lo hace un cártel, aunque la actividad no sea el trasiego de drogas”, expuso al advertir que el grupo de narcomenudeo en Tláhuac incursiona en delitos como extorsión y secuestro.

Vinculan a siete

La Procuraduría General de Justicia capitalina informó que siete de los 14 detenidos en Tláhuac fueron vinculados a proceso por los delitos de ataques a las vías de comunicación y narcomenudeo.

La madrugada del domingo fue entregado a una mujer de nombre María el cuerpo de “El Ojos”, en las oficinas del Servicio Médico Forense, fue velado en la colonia Nopalera ante familiares y amigos, mientras policías y vecinos bloquearon el acceso al funeral.

También se confirmó la entrega de los cuerpos de otras cuatro personas abatidas el jueves. Los restos de otros dos fallecidos no pudieron ser entregados, porque las personas que reclamaban los cuerpos no pudieron acreditar su parentesco.

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JCS