Ciudades italianas superan límites de contaminación

 

Presentan altos índices de polución 32 urbes desde hace casi 3 meses


Un total de 32 ciudades italianas superaron en 2016 el límite máximo de sustancias contaminantes en el aire, señaló un reporte de la organización ambientalista Legambiente.

Recordó que la ley prevé que la concentración de partículas en suspensión Pm10 —menores de 10 micrómetros, que pueden penetrar hasta las vías respiratorias bajas— no debe superar el umbral de 50 microgramos por metro cúbico por más de 35 días al año.

Sin embargo, dijo, en el año apenas concluido un total de 32 urbes italianas no lograron respetar esos parámetros.

Resaltó que Turín superó el límite por 86 días, Frosinone por 85, Milán y Venecia por 73, Vicenza por 71 y Padua y Treviso por 68.

La organización subrayó que la contaminación en el aire causa la muerte de más de 400 mil personas al año en la Unión Europea y que las partículas Pm10 dan una contribución relevante, pues al entrar en profundidad en el aparato respiratorio provocan, no solamente bronquitis y asma, sino también cáncer e ictus.

Según la presidenta de Legambiente, Rosella Muroni, la primera medida tomada por las autoridades cuando se superan los límites de la contaminación es restringir la circulación de automóviles.

Sin embargo, Muroni aseguró que se trata solamente de medidas paliativas que no resuelven el problema.

De acuerdo con Legambiente es necesario modificar estructuralmente las ciudades, las modalidades de transporte, la infraestructura y mejorar el patrimonio inmobiliario público y privado para hacerlo más sostenible.

La organización ambientalista sugirió 10 medidas para mejorar la calidad del aire en las ciudades, que van desde el rediseño de las calles para favorecer la movilidad a pie o en bicicleta, hasta la creación de amplias redes de ciclismo, así como implementar la “zona 30” que limita a los vehículos a circular a 30 kilómetros por hora.

También recomendó favorecer los medios de transporte eléctricos, mejorar el sistema de transporte público y vetar la circulación de los vehículos a diésel y el uso de combustibles fósiles en los sistemas de calefacción de los edificios.