El cardenal que defendió a migrante mexicano

 

La próxima audiencia de Catalino será el 22 de mayo


El líder de la mayor arquidiócesis de Nueva Jersey inclinó la cabeza y oró junto a un mexicano que ingresó ilegalmente a Estados Unidos hace décadas antes de que éste entrara a un edificio federal para enfrentar una posible deportación.

El cardenal Joseph Tobin, jefe de la arquidiócesis de Newark, encabezó un mitin el viernes en apoyo a Catalino Guerrero, de 59 años, quien —dijo— encarna el costo humano de una política de inmigración fallida.

A Guerrero, cuyos problemas con las autoridades migratorias comenzaron antes de que Donald Trump asumiera el puesto este año, se le dio una extensión de 60 días para que tratara de obtener una suspensión a la orden de expulsarlo.

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Radica en Union City y tiene cuatro hijos e igual número de nietos, “le da un rostro” a lo que con frecuencia se ve como “estadísticas o demonios”, afirmó Tobin antes de la audiencia.

“Ustedes pueden ver cuál es el aspecto de Catalino, y han escuchado cómo ha vivido”, dijo el cardenal.

“Ahora le vamos a solicitar a las autoridades que determinarán su destino que no sólo vean su rostro, sino también el nuestro”, agregó.

La Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha emitido un flujo constante de críticas a las restricciones de Trump sobre los refugiados y los inmigrantes.

Otros grupos religiosos, incluida una red de 37 confesiones protestantes y ortodoxas que trabajan con el grupo de ayuda humanitaria Church World Service (Servicio Mundial de Iglesias), han movilizado a sus feligreses para que combatan las políticas de Trump.

Guerrero ingresó a Estados Unidos ilegalmente desde México en 1991, ha trabajado constantemente, ha pagado impuestos, es propietario de su casa y no tiene antecedentes delictivos, dijo el senador demócrata Bob Menendez.

Hace varios años solicitó un permiso de trabajo, pero llenó un formulario de manera incorrecta y por error pidió asilo, agregó el legislador.

Un portavoz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) dijo que se ordenó la expulsión de Guerrero en 2009, y periódicamente debe reportarse ante el ICE como condición para su libertad.

El abogado de Guerrero, Cesar Estela, dice que su cliente tiene diabetes y hace varios años sufrió un derrame cerebral. Estela indicó que aprovechará la extensión otorgada para iniciar el trámite de residencia legal.

La próxima audiencia sobre el caso será el 22 de mayo.

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JCS