Rechazan secesión miles de catalanes

 

Mariano Rajoy expresa su apoyo a los inconformes


AGENCIAS

Cientos de miles de catalanes tomaron las calles de Barcelona ayer para manifestar su oposición a la declaración de independencia, en medio de una gran incertidumbre política para la comunidad, considerada una región autónoma en el norte del país.

El líder catalán, Carlos Puigdemont, fue despedido el sábado por las autoridades de Madrid, la cuales tratan de resolver la peor crisis política que ha vivido España en décadas. Sin embargo, el depuesto presidente de la Generalitat insinuó que no se retirará.

Ondeando banderas españolas, catalanas y de la Unión Europea, los inconformes se denominaron como una silenciosa mayoría que ha sido ignorada en la controversia de la región por la independencia, la cual se hizo oficial el viernes, cuando el parlamento regional votó por la separación de España.

“Nos organizamos tarde, pero estamos aquí para mostrar que hay una mayoría de catalanes que no guardarán silencio ni quieren ser silenciados”, aseguró Alex Ramos, jefe del grupo a favor de la unidad Sociedad Civil Catalana.

Los organizadores dicen que más de un millón de personas participaron en la movilización, pero la policía afirmó que fueron 300 mil.

“No dejaremos que España se parta en pedazos”, se podía leer en una pancarta, mientras que otra decía: “Este es el despertar de una nación silenciada”.

En respuesta al voto secesionista del parlamento catalán, el Primer Ministro español, Mariano Rajoy, activó con el respaldo del Congreso los poderes constitucionales que le otorga el artículo 155 de la constitución española, el cual no se había aplicado en ninguna ocasión, y no cuenta con una ley reglamentaria.

La regulación permitió a Rajoy destituir a Puigdemont y convocar una elección regional anticipada para diciembre 21.

El lunes será el primer día laboral que vivirá Cataluña desde que se declaró su independencia y su líder fue destituido.

Puigdemont llamó a los catalanes a participar de manera pacífica en oposición al intento de España por tomar control de la región, y afirmó que su gabinete y él mismo seguirían “trabajando para construir un país libre”.

Los partidos separatistas y los grupos a favor de la división plantearon una campaña de desobediencia para contraatacar los esfuerzos de las autoridades centrales de tomar el control de la región.

Puigdemont y sus ministros podrían ser encarcelados por sus acciones separatistas. El gobierno español indicó que serán acusados por usurpación de funciones.