Violencia por la visita del Papa

 

Francisco pide perdón por los abusos de sacerdotes a menores


AGENCIAS

Más de cien personas protestaron ayer por los casos de pederastia en los que se han visto envueltos sacerdotes católicos chilenos, durante la misa multitudinaria oficiada por el papa Francisco en Santiago.

La prensa local reportó que la policía reprimió la manifestación con carros lanza-agua, y detuvo a decenas de inconformes.

Los manifestantes mostraron pancartas en contra de 80 sacerdotes acusados de abuso sexual contra menores desde 2000 en el país sudamericano, lo que provocó una gran pérdida de popularidad de la Iglesia Católica.

Francisco pidió perdón por los abusos y afirmó que la Iglesia debe esforzarse para que no se repitan. El Pontífice inició su primer día de actividades en la nación andina con una visita a la presidenta Michelle Bachelet en el palacio de gobierno de La Moneda y ahí, ante unos 400 invitados, aludió al tema aunque no estaba en su agenda.

“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo poco antes de oficiar su primera misa en una plaza de la capital. “Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas”, agregó.

Después se dirigió al Parque O’Higgins para encabezar la misa, donde según los organizadores se congregaron unas 400 mil personas, algunas de las cuales llegaron hasta con seis horas de anticipación. En un momento, un objeto golpeó la cara del Pontífice sin que sus guardias ni él pudieran impedirlo, pero Francisco siguió repartiendo saludos y sonrisas.

Más tarde, el Papa visitó una cárcel de mujeres, y una vez ahí dijo a las reclusas que no deben perder la esperanza o su dignidad sólo porque hayan perdido su libertad. Agregó que todos son pecadores, que el cambio siempre es posible y pidió que las penas de prisión no sólo sirvan como castigo, sino que sean una oportunidad para que los detenidos aprendan nuevos oficios para reintegrarse a la sociedad.

Francisco visita cárceles con frecuencia, pero esta es la primera ocasión que acude a una prisión de mujeres. El momento fue emotivo: muchas de las detenidas lloraban mientras cantaban un tema compuesto especialmente para él.

Horas antes, las protestas que ha desencadenado su visita continuaron: dos capillas fueron incendiadas en la región sureña de la Araucanía, que el Papa visitará el miércoles, y una tercera recibió bombas incendiarias en la periferia de Santiago.

Los ataques del martes no causaron lesiones, se sumaron a otros seis registrados previamente con bombas contra iglesias.