“Debemos ser humildes; no somos nadie ante ella”

 

Con las rodillas cuarteadas, se rinden ante la Morenita del Tepeyac


ALBERTO AYALA / DAVID GUTIÉRREZ

Entre cobijas y fogatas, miles de peregrinos despertaban dentro y fuera de la Basílica de Guadalupe. Sus caras reflejaban los estragos del festejo mariano, a 486 ańos de la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, según la creencia católica.

Fue una mañana gélida la del 12 de diciembre, donde ni los abultados abrigos lograban aminorar los cero grados de temperatura bajo los que pernoctaron muchos fieles.

Pero el alba emergía y con ello, la llegada de otros miles de peregrinos al recinto mariano. Uno de ellos era Marco Antonio, quien avanzaba sobre calzada de Guadalupe, descalzo y de rodillas, con un cuadro de La Guadalupana en la espalda.

“Tenemos que ser humildes, tampoco llegar con tenis, hay que llegar con humildad pues no somos nadie ante ella”, sentenciaba el oriundo de Santa Cruz Meyehualco, Iztapalapa, con las rodillas cuartedas y a punto de sangrar.

No era para menos. “Marcos” fue de rodillas desde la salida del Metro Constitución de 1917 hasta el templo del Tepeyac, con un solo objetivo, agradecer que su hija sigue viva pese al retraso psicomotor que la acompaña desde su nacimiento.

“Tengo 11 años viniendo a dar gracias… pero ahora la van a operar y quiero que la virgencita me ayude a que todo salga bien”, decía mientras su esposa e hija lo contemplaban como a un desconocido; mientras Pablo, su hijo menor, replicaba su caminata a pies descalzos.

“A veces los sacrificios valen la pena”, susurraba Marcos, con una liviana sonrisa y el llanto contenido.

Crece número de visitantes

La madrugada de ayer, millones de feligreses cantaron con emoción, alegría y lágrimas, las tradicionales “Mañanitas” a la virgen.

Al finalizar y ante miles Pedro Tapia, vicerrector de la Basílica, destacó la participación de la juventud tras los sismos de septiembre.

Mientras que el delegado de Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo, afirmó que aunque las bajas temperaturas afectaron la afluencia de peregrinos, llegaron 110 mil más que el año pasado.

Finalmente dijo que hubo cuatro mil atenciones médicas menores.