Deja realidad actual filicidas en potencia

 

Desentraña Martín Moreno la historia de un asesino


El periodismo de investigación debe contar historias sin prejuicios, sin calificativos; debe explicar con hechos y testimonios de primera mano los antecedentes y las consecuencias de una noticia, asegura el periodista y escritor mexicano Martín Moreno.

Entrevistado a propósito de su libro Por la mano del padre (Aguilar Editores), Moreno habló de su quehacer profesional que lo ha llevado a ir más allá de la noticia para escribir libros-reportajes con temas como el primer filicidio suscitado en México.

Por la mano del padre, asegura el autor, lo marca de manera especial, “porque nunca entenderé ni justificaré que un hombre mate a sus propios hijos”.

La historia descubre a Moreno en noviembre de 2006, cuando encuentra la nota en una contraportada del diario La Prensa. A partir de ahí se entrega a investigar a fondo qué hay detrás de una decisión tan atroz, qué lleva a un padre a matar “por venganza” a sus tres hijos.

No serás un jurado más ni hay empatía posible, asegura, sólo la certeza de que “nos toca como periodistas contar este tipo de historias para tocar a la gente con los problemas que aquejan al país”, para sensibilizarla sobre lo que pasa, por qué y cómo tomar acciones al respecto.

“Desde que conocí a Gustavo me parecía inconcebible que un hombre matara a sus hijos, no lo aceptaba bajo ninguna circunstancia, así que empecé a investigar, me fui 10 meses a Neza para investigar a diario, con excepción de los fines de semana, para mí lo importante era contar la historia de Gustavo, sin juzgarlo”.

La idea era hurgar en su vida para conocer “qué lo llevó a la decisión más canalla de matar a sus hijos; después de esto, no concibo algo más terrible”.

Lo que encontró Moreno es que, por las condiciones actuales del país, “hay muchos Gustavos en potencia, en cada casa, a nivel de estratos económicos bajos y altos, (porque) él no es el único que bebe, que se droga o al que engaña su mujer”.

Entonces, lo que me deja es que hay que superar las adversidades y los obstáculos, porque si no controlas tu violencia, tu ira, te lleva a cometer actos tan brutales como los de Gustavo.

La tarea –expone– no fue fácil, porque ante un hecho tan atroz y el relato a sangre fría de cómo fue matando a sus pequeños, “hay que evitar calificativos, prejuicios, cuando me ganaba la impotencia interrumpía la escritura y eliminaba lo que no respetaba la inteligencia del lector, me tomaba un par de horas y volvía”.

A partir de más de 30 entrevistas con personajes conectados, se va desglosando la historia, “y te das cuenta que va más allá de un crimen, que es una historia que habla de descomposición social, pero también de la apatía ciudadana que debería indignarnos, cuando somos más individualistas y no nos interesa el bien común”.

“Nos hace mirarnos y darnos cuenta dónde estamos, porque hoy nos indigna que sacrifiquen un perro que mató a un niño, cuando nos debería importar el menor. Cuando te conmueve que un perro esté en la calle y lo quieres llevar a tu casa, pero cuando ves a un niño en las mismas condiciones de abandono no te conmueves igual”.

Eso, considera, “habla de una pérdida de valores, de una escala social un tanto devaluada,

decadente, y por eso nos toca como periodistas contar ese tipo de historias para tocar a la gente con los problemas que aquejan al país”, concluyó.