Dialogué con narcos pidiendo paz: obispo

 

Declaró tener “fricciones” con equipo del gobernador


El obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, refirió que la comunicación que ha sostenido con los jefes del narcotráfico en la zona había “funcionado” para mantener la tranquilidad en la región, hasta antes de los asesinatos de dos clérigos, sucedidos recientemente. En contraste, suscribió la falta de comunicación con el equipo del gobernador Astudillo, y el clima de inseguridad en el país y, en particular, en el estado.

En entrevista con Martha Reyes en Noticias Todo el Tiempo, por EFEKTO TV, dijo que no ha comentado con el gobernador las “fricciones” con sus colaboradores: “No, realmente yo no les he pedido nada de esto porque hasta hoy había habido un clima de tranquilidad, seguridad; ustedes saben y abiertamente lo he dicho, que yo he emprendido una línea directa de diálogo con éstos, los jefes de los narcotraficantes, para que respeten a los sacerdotes, a las religiosas, a los seminaristas, los catequistas, a los agentes pastorales y es lo que me ha funcionado”.

El religioso especificó que los desacuerdos se deben a que “yo siempre he hablado del diálogo, incluso contra los delincuentes, cada quien tiene su razón…”.

A su juicio, lo que pasa en Guerrero se debe al limitado desarrollo de la entidad “en la cuestión cultural, la cuestión social, la cuestión de comunicaciones, y cuando yo he manifestado estas ideas, pues algunos de ellos no están de acuerdo conmigo”.

El sacerdote consideró que el motivo del crimen de los párrocos fue “incidental” y atribuyó los hechos a bandas del Estado de México y de Michoacán, con las que “no he podido tener ningún contacto”.

Afirmó que el viaje de los curas era para buscar a empresarios que produjeran sus discos, ya que usaban el canto para dar su mensaje.

Sacerdotes en fiesta de narcos La Fiscalía General de Guerrero informó que los sacerdotes asesinados la madrugada del lunes, Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes, fueron a un baile en el que había delincuentes de Guerrero, Morelos y el Estado de México.

El fiscal Javier Olea Peláez detalló que Germaín Muñiz había sido retratado con un arma de grueso calibre junto a integrantes de un grupo delictivo, por lo que se presume que esto pudo motivar el ataque.