¿Elecciones excluyentes? ¿Cómo votar si no caminas, no ves…?

 

Obstáculos físicos y sociales dificultan a las personas con discapacidad ejercer sus derechos políticos


Para el proceso electoral 2018 las personas con discapacidad no podrán ejercer plenamente sus derechos políticos porque las casillas no siempre son accesibles y porque tampoco reciben las propuestas políticas en el lenguaje que utilizan para comunicarse. Para ellos, la democracia es todavía excluyente, pese a los avances contra la discriminación en los últimos 15 años. Y no son pocos.

Según la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2014 había 7.1 millones de personas con discapacidad en México, equivalente a 6.4 por ciento de la población. Aunque el informe “La discapacidad en México, datos al 2014” no especifica el número exacto de mayores de 18 años, las cifras del el INEGI en la ENADID permiten calcular alrededor de 6 millones de personas con discapacidad que son mayores de edad y, por lo tanto, tienen derecho a votar y ser votados, e incluso participar como funcionarios y funcionarias de casilla.

Pero reconocer esos derechos no es suficiente si para ir a votar deben preguntarse “cómo puedo llegar, cómo puedo ingresar, cómo puedo estar en el espacio para ejercer el voto”, Taide Buenfil Garza, coordinadora de la Maestría en Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac.

El Instituto Nacional Electoral (INE) no obliga a que los lugares donde se instalen las casillas sean totalmente accesibles o que cuenten con señalización para la población con discapacidad.

Avances en la inclusión

Laura Bermejo, vicepresidenta de la organización Libre Acceso, A.C., dijo que deben revisarse los criterios de selección de los lugares donde se instalan casillas, pues aunque se da prioridad a que sean escuelas, éstas no siempre cuentan con rampas, señalización o espacios que permitan la llegada y libre circulación para que las personas con discapacidad puedan estar y emitir su voto, y, en su caso, que se pueda descartar aquellas que sean “un espacio no incluyente para cualquier persona que va a votar”.

Y eso que desde 2006 los derechos de las personas con discapacidad se incluyeron en los manuales, materiales didácticos y temarios de los cursos de capacitación para sensibilizar a funcionarias y funcionarios de casilla en atención, asistencia y acompañamiento durante la jornada electoral.

A partir de las elecciones federales de 2003 las casillas cuentan con mesas para que personas en silla de ruedas o de estatura pequeña puedan emitir su voto. En 2006 les fueron agregadas mamparas para garantizar mejores condiciones de privacidad.

Ese año la autoridad electoral permitió que personas ciegas o débiles visuales entraran a la mampara acompañadas por una persona de su confianza o su perro guía.

Corresponde al presidente de casilla preguntar a la persona ciega si sabe leer lenguaje Braille y entonces poner a su disposición planillas que se superponen a la boleta electoral para identificar dónde se encuentra el nombre del candidato o candidata por el que se quiere votar.

En el proceso electoral del próximo 2 de julio, el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad y el INE trabajan para que haya boletas impresas en Braille que sustituirían a las plantillas, según Mercedes Juan López, directora general del Conadis.

El pasado 10 de mayo de 2017 el Consejo General del INE aprobó el protocolo para la inclusión de las personas con discapacidad como funcionarios y funcionarias de mesa directiva de casilla, que ya operó en las elecciones locales de Coahuila, Estado de México y Nayarit.

Sin embargo, Taide Buenfil Garza asegura que aunque el derecho a ejercer el voto es importante, el acceso a una casilla no está plenamente garantizado.

Si a una persona con discapacidad motriz le representa mucho trabajo y esfuerzo ir a un lugar inaccesible y sin condiciones para el voto secreto, eso inhibe su intención de votar.

Propuso que, además del crayón que se ocupa para cruzar las boletas, pueda existir un sello para personas que no cuenten con manos o que vivan con artritis.

Para Laura Bermejo, la capacitación sigue siendo clave para garantizar el acceso de personas con discapacidad a las mesas de votación. Los responsables de casillas deben considerar qué elementos se necesitan, como una mesa con altura específica, el espacio suficiente para sillas de ruedas, andaderas, bastones, perros guía, y una ruta accesible para entrar y salir de la casilla.

Discapacidad intelectual, la más discriminada

Y aunque hay avances importantes para permitir que las personas con discapacidad puedan acudir a votar, el acceso a la información sobre las propuestas de partidos y sus aspirantes a puestos de elección popular sigue siendo inaccesible, especialmente para quienes viven con una discapacidad intelectual.

Olga Cecilia Torres Ramírez, presidenta de la organización “Familia Feliz” que trabaja con personas con Síndrome de Down y sus familias, dijo que en México se trata a las personas con discapacidad intelectual como menores de edad. La falta de empatía y este trato discriminatorio favorece la negación de derechos políticos. Como personas adultas pueden tramitar su credencial de elector, pero les sirve más como un documento de identidad que para votar, dijeron por separado las entrevistadas.

Hasta ahora ningún partido o coalición ha presentado sus propuestas y plataforma política en lenguajes que puedan ser recibidos y comprendidos por personas con discapacidad visual, auditiva o intelectual.

La también activista Taide Buenfil Garza dijo que los prejuicios hacia la población con discapacidad intelectual favorecen su exclusión en las elecciones porque tanto la sociedad como los partidos no creen que pueden razonar su voto.

El problema se enfrenta desde las campañas, porque las plataformas políticas y las propuestas de las y los candidatos no están disponibles en Braille, no hay intérpretes de lenguaje mexicano de señas en actos electorales o en spots en medios audiovisuales Personas con discapacidad en condición de pobreza 54.1% Promedio nacional de personas pobres 46.2% Personas con discapacidad en pobreza extrema Promedio nacional de personas en pobreza extrema 12.7% 9.6% ni se presentan en forma sencilla y de fácil comprensión.

Entrevistadas por separado, Taide Buenfil, Olga Torres y Laura Bermejo coinciden en que esa falta de comunicación directa con personas con discapacidad es otra forma de ser excluyente y de negarles sus derechos políticos.

En México, dijo Laura Bermejo, si no damos acceso a las casillas a personas con discapacidad, menos les damos la oportunidad de participar como candidatos o candidatas porque a la sociedad le da miedo votar por alguien que es ciego, sordo o tiene dificultades para moverse, aunque eso no tenga que ver con su capacidad para gobernar o legislar.

LGG