Gobiernos, sin incentivos para mejorar sus policías

 

Discuten en Diáologos Galileos la pertinencia de la ley de seguridad interior


Los gobiernos estatales y locales no tienen los incentivos suficientes para hacer su tarea de construir sus cuerpos de policía sólidos, situación que se agrava con la utilización inmediata de las Fuerzas Armadas, consideró el especialista Jorge Gabriel Romero.

Durante su participación en Diálogos Galileos, emisión de Efekto TV, aseguró que las iniciativas sobre la ley de seguridad interior no resuelven el problema, pues generan incentivos negativos para que los gobiernos de los estados hagan su tarea, porque de todas maneras va a estar a la mano el recurso de pedir la intervención por afectación a la seguridad interior.

“La regulación debería ir, en todo caso, hacer que la intervención de las Fuerzas Armadas fuera realmente excepcional, que se avanzara la regulación del artículo 29 constitucional”, expresó el especialista en seguridad.

Durante la emisión conducida por Fernando Belaunzarán, el investigador coincidió con el senador Roberto Gil Zuarth en que México debe contar con una nueva estrategia de seguridad que además de regular el uso de las Fuerzas Armadas capacite a los cuerpos de seguridad locales y estatales para enfrentar la situación de violencia.

“Siempre es más rápido, más fácil, más barato, sacar a militares a la calle, que crear policías, lo que está pasando hoy, en este país, es que una llamada telefónica basta para sacar elementos militares a la calle.

“Eso también genera un incentivo muy perverso para los gobernadores y los alcaldes, yo no tengo la posibilidad de enfrentar por mí mismo el fenómeno del crimen organizado, le habló al secretario de Gobernación, éste levanta el teléfono, y manda militares”, refirió el senador del Partido Acción Nacional (PAN).

El legislador agregó que la discusión sobre la ley de seguridad interior, debe plantear una redimensión de la participación de las Fuerzas Armadas, y generar incentivos correctos para las instituciones civiles, y que éstas generen capacidades institucionales para enfrentar todo tipo de fenómenos criminales, especialmente el fenómeno del crimen organizado.

Falta de compromiso

Romero señaló la ausencia de compromiso por parte de las administraciones locales: “los gobiernos de los estados han usado el recurso de las Fuerzas Armadas como un subterfugio para no desarrollar cuerpos profesionales modernos, bien pagados, de seguridad pública, y ése es el asunto que debemos estar discutiendo”.

El académico y activista agregó que los nulos resultados en materia de seguridad obedecen a estas deficiencias ; “los resultados son malos porque se despliegan las Fuerzas Armadas en un sitio, se reduce ahí la violencia, se controla un poco la presencia del crimen organizado, pero en cuanto empiezan a replegarse, de nuevo regresa la violencia”.

Por lo que consideraron importante implementar una regulación que fomente la capacitación de los agentes de seguridad; sin embargo, tanto el funcionario como el académico indicaron que este proceso será a largo plazo.

“Tenemos que buscar una nueva estrategia nacional de seguridad, que desde mi punto de vista, no puede ser otra que la construcción de cuerpos civiles de policías capacitados, pero esto es un proceso que tarda mucho tiempo”, declaró.

Uno de los problemas que tiene el planteamiento de Gil Zuarth es que hay un mecanismo muy sencillo de renovación. “Tendríamos que ir a que la suspensión de garantías, fuera extrema y que se hiciera con tiempos muy bien acotados”, agregó Romero.