El Congreso la ha hecho de estadio, campamento, ring…

 

Ante la falta de palabras y argumentos, en ocasiones, los legisladores han optado por las confrontaciones e insultos


El Congreso de la Unión mexicano no ha sido inmune a las trifulcas y discusiones acaloradas por parte de los legisladores. A lo largo de su historia, las Cámaras de Diputados y Senadores han sido escenario de episodios nada dignos de recordar en la vida política de México.

A falta de palabras y argumentos, los representantes de la sociedad mexicana han tomado la tribuna, lanzado gritos, propinado golpes y groserías para expresarse, e incluso, algunos se han quedado dormidos, en plena sesión, sin importar el qué dirán o las consecuencias de sus actos.

Te dejamos algunos ejemplos de las veces en que el Congreso pasó de ser la máxima tribuna del país a convertirse en estadio, ring, campamento, entre otras cosas.

Durante la toma de protesta de Felipe Calderón como presidente de México, en 2006, la Cámara de Diputados se convirtió en un verdadero ring de lucha. La tribuna estaba tomada previo a la toma de posesión; cuando el presidente electo llegó al recinto legislativo. Algunos legisladores decidieron acampar al interior de la sala de sesiones para mantener ocupada la tribuna, en un intento por impedir al día siguiente el desarrollo pleno de la sesión.

En la LXI Legislatura (2009-2012) el diputado petista Gerardo Fernández Noroña dio de que hablar por su tono explosivo. Noroña, duro crítico del gobierno calderonista, hacía uso contínuo de la palabra para exponer sus puntos de vista, criticar y acusar al gobierno “usurpador” de Calderón.

Los gritos e insultos no son ajenos a una sesión del Congreso, y como si se tratara de un partido de futbol, en 2017, un grupo de diputadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) le gritaron ‘eh puto’ a Ariel Juárez, diputado de Morena. El tema escaló rapidamente en redes sociales, lo que orilló a que César Camacho, entonces coordinador parlamentario, tuviera que salir a aclarar que las legisladoras tricolores habían gritado ‘bruto’ y por lo tanto, no se debía ofrecer una disculpa.

Antonio García Conejo, diputado perredista saltó a la fama no por sus propuestas o iniciativas sino porque en 2013, durante la discusión de la Reforma Energética, decidió quitarse la ropa a manera de protesta. Mientras hacía uso de la palabra, García Conejo fue despojándose poco a poco de su ropa en clara protesta.

En la actual Legislatura, otra vez Gerardo Fernández Noroña, diputado por el Partido del Trabajo, se hizo de palabras con Porfirio Muñoz Ledo, actual presidente de la cámara y diputado de Morena.

En la primera sesión de la XLIV Legislatura, ambos legisladores se hicieron de palabras. Noroña criticó la asesitencia del presidente de la Cámara baja y de Matí Batres, presidente del Senado al mensaje del sexto informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Durante la discusión, Muñoz Ledo llamó “golpeador” a Noroña. En la siguiente sesión, ambos legisladores de izquierda lograron dirimir sus diferencias y limar asperesas.

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