Les gana lo viperino a los candidatos

 

“Se vale la esgrima, no la puñalada verbal”, sentenció Ciro Murayama


Desde las precampañas los discursos han sido de descalificación y los candidatos tienen alguna conciencia de esta situación; sin embargo, no se responsabilizan por la manera como también avivan el fuego, es por ello que el consejero Ciro Murayama se pronunció por eliminar de la campaña electoral la violencia verbal.

Planteó que las palabras altisonantes u ofensivas constituirían auténticas puñaladas verbales, cuando se esperaría que los discursos fuesen encuentros de ideas, esgrima verbal para abonar a la democracia.

Más aún, afirmó Murayama, que esas arengas son una irresponsabilidad mayor, pues la gente que recibe tales mensajes eventualmente puede reaccionar mal y actuar con violencia.

“Se vale la esgrima verbal, no la puñalada verbal”, aseveró al referirse a la larga serie de ataques que se dan entre los candidatos a la Presidencia, de la cual los dirigentes partidistas no han sido ajenos.

No obstante, desde las precampañas los discursos han sido de descalificación; baste recordar que el senador Javier Lozano acusó que Andrés Manuel López Obrador podría estar recibiendo financiamiento de Rusia. La respuesta del acusado tabasqueño fue jocosa cuando se le pudo ver enfundado en una chamarra con su nombre ruso: “Andrés Manuelovich 2018”.

Tiempo después, podíamos ver la que Ricardo Anaya llamó campaña sucia, cuando desde la PGR torpedearon su aún no iniciada campaña con una acusación sobre triangulación, lavado de dinero y la posterior divulgación de un video desde la oficina de Comunicación de la acéfala procuraduría, a lo que el propio árbitro electoral –apenas en la primera quincena de abril– atinó a confirmar el uso de dinero oficial para ir contra el candidato, con las esperadas sanciones para los infractores.

En lo que a las autoridades electorales se refiere, tampoco han estado exentas de ataques verbales, sobre todo a raíz de los esfuerzos de candidatos independientes, en especial los casos de Jaime Rodríguez Calderón y Armando Ríos Piter, quienes atacaron al INE por presuntamente balconearlos en las trampas cometidas y no concederles los debidos derechos de audiencia para corroborar firmas de apoyo.

Murayama dejó entrever que el nivel discursivo impacta en los ciudadanos, quienes muchas veces responden también con violencia, lo anterior en referencia a los actos agresivos ocurridos en Oaxaca en la campaña del abanderado de la coalición Todos por México, y recordó los hechos registrados en Coyoacán.

Esa violencia a la que alude Murayama últimamente se ha traducido tanto en enfrentamientos como el de la CNTE en Oaxaca –al intentar reventar el acto de campaña de José Antonio Meade en esa ciudad– como en los crímenes mortales contra candidatos en plena efervescencia electoral.

Los candidatos tienen alguna conciencia de la situación y, sin embargo, no se responsabilizan por la manera como también avivan el fuego, afirmó.

Por ejemplo, Margarita Zavala en acto de campaña en Nuevo León se mostró preocupada por los ataques mortales contra quienes participan en el proceso electoral –los que ya llegaron a 78 decesos– y son reflejo, dijo, del nivel de violencia del país y del abandono de las instituciones de seguridad.

Enseguida, tras reiterar que Andrés Manuel López Obrador genera polarización en sus discursos para generar violencia, la candidata independiente explicó el modus operandi del tabasqueño.

“Es un discurso donde todos los demás pertenecemos a algo que él no quiere. Nos acusa, nos manda al infierno. Ese discurso polariza, divide, excluye; es el típico discurso de odio”, y constituye un ataque intelectual “donde culpa a todos los demás”.

Y una vez mencionado, el tabasqueño no canta mal las rancheras, puesto que no deja de lado su “mafia del poder”, aun cuando sigue mencionando que está en su etapa de “amor y paz”. Por ejemplo, ayer afirmó que “no tiene pleito” con Carlos Slim ni con nadie, pero le mandó decir al magnate que se serenara y se tranquilizara.

También recordó las declaraciones de José Antonio Meade –candidato presidencial del PRI-PVEM-PANAL, que lo responsabiliza de la violencia en Oaxaca– y su llamado a Antorcha Campesina para detenerlo; afirmó que sus adversarios están muy nerviosos y los volvió a llamar “ternuritas”, cuando un día antes usaba el término contra Meade, con un “cuídate ternurita, que te va a alcanzar Margarita”.

Gráfico:Selene Rámirez Lo anterior contrasta con el rechazo de López Obrador a condenar la violencia de movimientos afines como la CNTE, como criticó el candidato de Todos por México, José Antonio Meade, quien señaló que el tabasqueño es el mismo “tigre” de siempre, pero ahora se va a enfrentar a un “puma” con el que va a perder.

Al respecto de las agresiones en Oaxaca, Ricardo Anaya Cortés señaló que PRI y Morena han sido los “principales protagonistas del hostigamiento y actos de violencia” durante la contienda electoral y recordó que en lo que va de la campaña, ha sido encarado en un par de ocasiones: la primera, simpatizantes de Morena irrumpieron durante un mitin en Tehuacán y, la segunda, un joven priista lo increpó a su llegada a Mérida.

Por ello exigió, tanto al PRI como a Morena, “que sean respetuosos del proceso electoral, que se conduzcan con civilidad y privilegiemos las propuestas y no los ataques físicos durante los eventos”.