Madres centroamericanas logran siete reencuentros

 

Tras 20 años, José y su hija Denia consiguen el sueño de verse otra vez


Más de 20 años tuvieron que pasar para que José Saba viera a su hija, Denia Elizabeth, quien salió de Honduras en busca del sueño americano.

El encuentro entre don José y Denia es uno de los siete reencuentros que se celebraron en la XIII Caravana de Madres Centroamericanas en busca de sus hijos desaparecidos, la cual sigue la ruta migratoria hacia Estados Unidos (EU) desde la frontera sur de México, por lo que ya reunieron a 300 familias.

Villahermosa, en Tabasco, será testigo de la felicidad que ya siente José Saba.

“Me siento muy alegre, porque en los reencuentros que yo he visto durante el periodo de la caravana, pues se nos conmueve el corazón y estamos llore y llore todos. Y ya me parece que soy yo mismo el que está viendo a mi hija; y se me hace largo el tiempo para estar con ella”, anuncia.

Esa algarabía en la expresión don José se replicó en otras cinco familias que se reunieron este año, después de décadas: “se han dado dos en Guadalajara, uno en Córdova, Veracruz, uno más en la zona de la Ciudad de México (CDMX) y uno en Mexicali”, informó Rubén Figueroa, integrante de la caravana.

Figueroa también precisó que la principal razón por la que se pierde el contacto con sus familiares es la delincuencia; pues alegan haber sido víctimas del delito mientras transitaban en nuestro país.

Por ello, las madres responsabilizaron al gobierno mexicano por la violencia, corrupción e impunidad, en que convirtieron a los migrantes como objeto de violaciones y víctimas constantes por grupos criminales que trafican con ellos. Como desde hace trece años, la caravana de madres migrantes recorre cuatro mil kilómetros en busca de información para encontrar a sus seres queridos; entran a burdeles y prostíbulos de las zonas marginadas aledañas al paso del tren conocido como “la bestia”, aseguró Iveth Pineda, madre hondureña.

Después de cuatro días de pasar por Jalisco, Michoacán, Chiapas, San Luís Potosí, y la Ciudad de México, aún les espera una parada de Veracruz, donde anunciaron que serán recibidas por mujeres mexicanas con las mismas condiciones que sus familiares.

“En el puerto de Veracruz tenemos actividades que representan un parteaguas en la vida de la caravana, porque nos reuniremos ahí con las compañeras que trabajan las desapariciones de sus familiares mexicanos; e iremos al campo, a una de las fosas clandestinas que descubrieron”, informó Marta Sanchez Soler.

La caravana que, a decir de Sánchez Soler, pretende darles un nombre, un apellido y una identidad en este país, para que no engrosen la lista de los desconocidos y de los no identificados, culminará el próximo 18 de diciembre a propósito del Día Internacional del Migrante.

FRASE

Me siento muy alegre, porque en los reencuentros que yo he visto durante el periodo de la caravana, pues se nos conmueve el corazón y estamos llore y llore todos. Y ya me parece que soy yo mismo el que está viendo a mi hija; y se me hace largo el tiempo para estar con ella”.

José Saba / Padre de migrante