Nada qué celebrar; buscan a sus hijos

 

Madres de desaparecidos marcharon ayer al Ángel


Andrea estaba a 100 metros de llegar a su casa, tenía 15 años en 2014. El día que desapareció su madre quedó de encontrarse con ella después de realizar unas compras.

Ese día ella se inscribió en la preparatoria, su mamá dice que tenía todo por delante, pero desde entonces se ha dedicado a buscarla, al igual que miles de madres que salieron a exigir la localización de sus desaparecidos.

Los 10 de mayo se convirtieron en una fecha dolorosa, porque cuando desaparece un hijo “te cambia todo, la vida, la familia, todo”, así lo describe Angélica Martínez, que busca a Andrea Michelle, su hija desaparecida desde el 6 de agosto de 2014.

Andrea tenía 15 años cuando desapareció y, como toda adolescente, soñaba con ser mayor de edad –dentro de ocho meses será su cumpleaños 18–, crecer, tener amigos, estudiar, pero esas metas quedaron a 100 metros de su casa en Ecatepec, Estado de México.

“Ese día fuimos a ver la prepa en donde iba a estudiar, porque le tocaba inscribirse. Nos separamos un momento, ella se fue a la casa y yo a hacer un mandado. Nos quedamos de ver enseguidita, vi que pasaron 20 minutos, fui a buscarla y de ahí para acá no he sabido nada de ella”, relató la mujer, que mantenía en alto la fotografía de la joven, como cientos de madres en la VI marcha por la dignidad nacional: madres buscando a sus hijos desaparecidos.

Las madres cambiaron las flores y los chocolates por consignas que rompían el aire con la exigencia de la aparición con vida de sus hijos: “Como decimos en las consignas, si vivos se los llevaron, vivos los queremos. No queremos más muertos, que no haya más desaparecidos. El dolor por un desaparecido es muy fuerte”, pidió Lourdes Hernández, madre oriunda de Chihuahua.

Al igual que Angélica, Lulú –como le dicen sus familiares y amigos– busca a su hija Pamela desde hace seis años, víctima de desaparición forzada. “El 24 de julio de 2010 ella desaparece en la noche, se la llevaron policías del estado o militares, porque estaba en un retén, supuestamente de autos robados, pero las autoridades dicen que no entienden qué paso, porque ahí no tenían registro del retén”, declaró.

Pamela era técnica en informática, a sus entonces 25 años estaba por irse a trabajar a Canadá.