Peleas de perros, ligadas al crimen organizado

 

Senadores buscan que “topas” sean tipificadas como delito federal


El perro al que le dieron el nombre de Bolillo fue abandonado en la cuneta del Circuito Exterior Mexiquense a la altura de Ecatepec, presentaba varias mordidas en la cabeza, garganta y patas traseras.

El can fue salvado por personal de una organización, que pidió el anomimato, aunque intentaron salvarle la pata trasera izquierda fue imposible, pues cuando lo recogieron la extremidad sólo estaba unida al cuerpo por un pedazo de piel.

Por la raza del animal, un bull terrier de tres años, las cicatrices en el cuerpo y por la agresividad, establecieron que se trataba de un perro de pelea, lo que dificultaría su recuperación y su adaptación.

Las peleas de perros están ligadas con el crimen organizado y actividades como el narcotráfico, establece el decreto para la reforma del Código Penal Federal que se espera sea votada en el pleno del Senado de la República para su aprobación.

En la propuesta del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que fue aprobada por las Comisiones Unidas de Justicia y Estudios Legislativos, se pretende que dicha actividad sea considerada un crimen federal y tipificada como delincuencia organizada, con lo que promotores, asistentes, propietarios y apostadores de peleas de perros recibirán una pena de seis meses a cinco años de prisión.

La recuperación física de Bolillo fue rápida, pese a la amputación de la pata, pues aún conservaba la fortaleza física que requiere un perro de pelea; sin embargo, a más de un año del rescate le cuesta mucho trabajo tolerar la presencia de animales de su misma especie e inmediatamente los agrede.

“Se recuperó rápidamente, pero es agresivo aún con los otros perros, los muerde luego luego, eso le ha traído problemas a la familia que lo adoptó. Pero es muy fiel con su amo, lo reconoce como líder, y no ha mordido a ningún humano e incluso demuestra temor a ellos.

“No es un animal que presente deformación mental por haber sido entrenado para matar a otros seres de su propia especie, pues ahora juega mucho con gatos y permite que se duerman arriba de él”, narró Virginia, integrante de la organización que curó y cuidó al animal.

Actualmente, en todos los estados de la República, a excepción de Oaxaca, sancionan estos enfrentamientos pero desde el punto administrativo, con base al maltrato de los animales; sólo en Baja California y Puebla está tipificado como delito, pero no se sanciona desde una perspectiva criminal, y no se toma en cuenta el contexto que encierra esta actividad ilícita.

La organización ha recibido varias peticiones de apoyo para rescatar a perros que son utilizados en pelas clandestinas en Tepito, Iztapalapa así como en colonias de Ecatepec y Nezahualcóyotl.

Explicó que un perro de pelea tiene un rango de vida útil de dos años, según la frecuencia con que lo hagan pelear y las heridas que reciba; en la mayoría de los casos lo propietarios ven en ellos un negocio y no crean un vínculo afectivo.

Cuando un animal ya no está en condiciones de competir y es herido de muerte simplemente lo tiran a la calle –como a Bolillo–, en el mejor de los casos los sacrifican.

“Existen denuncias de peleas de perros en la segunda y tercera sección del Bosque de Chapultepec, de las cuales tiene conocimiento la autoridad de seguridad pública sin que a la fecha exista alguna persona detenida, consignada y/o sentenciada por esta actividad”.

“Lo mismo ocurre en Michoacán, Puebla, Coahuila, Veracruz, San Luis Potosí, Baja California Sur”, en todas ellas con una alta incidencia delictiva vinculada con organizaciones criminales.