Ritos y tradición en la celebración de los muertos

 

En Campeche, limpian los huesos de los fallecidos


La celebración del Día de Muertos es una de las más características de México y de las más atractivas para el turismo internacional; sin embargo, en cada región del país las tradiciones de los diferentes grupos étnicos y la evolución del ritual han generado diversas maneras de festejar el regreso de las ánimas y los lazos que unen a los vivos con los finados.

El cempasúchil

Las apasïkua tsïtsïki o flores de cempasúchil pintan de amarillo los camposantos purépechas en Michoacán desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre, para esta ancestral cultura se abre el portal que separa al inframundo de los vivos; algunas personas consideran estas fechas como días de fiesta, pero en realidad son parte de una ceremonia solemne en la que los difuntos regresan.

A esta rememoración lúgubre se le llama Churikua Uarhíri, que quiere decir Noche de Muertos.

Pátzcuaro, Janitzio, Tzintzuntzán, Pacanda, Quiroga, Santa Fe de la Laguna y muchos pueblos más elaboran sus altares con sus particularidades, pero hay cosas que son elementales, la flor de cempasúchil, el alcohol si es un adulto, la comida preferida del que partió, las velas y las mazorcas, entre otros elementos.

El operativo de la Secretaría de Seguridad Pública de Noche de Muertos comenzó desde el 21 de octubre y finalizará el 15 de noviembre; la SSP tendrá vigilancia especial en Pátzcuaro, Morelia, Tzintzuntzán, Janitzio y toda la región purépecha durante estas fechas.

La ceremonia del Xantolo

La Huasteca recibe a sus difuntos con ceremonias como la tradicional del Xantolo (palabra derivada de la pronunciación deficiente del latín “sanctorum”, que terminó significando “fiesta de muertos”) acompañada por arcos de cempasúchil y huapango.

La celebración a los muertos se lleva a efecto en las distintas regiones como en El Mezquital, sierra Alta, sierra Gorda, sierra Oriental, valle de Tulancingo, sierra Baja, destacando por su colorido e importancia social la que se desarrolla en la Huasteca, donde el grupo étnico es el náhuatl.

El ceremonial a los muertos realizado en la Huasteca recibe el nombre de Xantolo, y en ella lo más importante es la alegría, ya que los huastecos están convencidos de su filosofía: la muerte no existe, es sólo un cambio de vestidura, de una ropa pesada a una ropa liviana.

Se come y se bebe; el tapatachtli es un tamal grande que encierra un pollo entero y la cerveza que tomaban los difuntos, la bebida que era de su agrado, en medio de música y alegría.

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Aromas y alimentos

En Guerrero, el olor a copal predomina durante las festividades de las ánimas. Pero también se esparce el aroma a pan recién horneado, y a las características flores de la temporada, las flores de cempasúchil. La comida es fundamental, con guisos como mole verde con carne de niguas, los tamales nejos, el pozole blanco y las memelas.

La música, imprescindible

“Cruz de madera”, Descansa, campeón”, “Qué falta me hace mi padre” y “El puño de tierra”, son algunas de las canciones que suenan al ritmo de tambora y tubas en los panteones de Coahuila. Y es que las personas no quieren ponerse tristes, prefieren inyectarle alegría al 2 de noviembre, y celebrar, como en vida, a los fieles difuntos. Los camposantos en el estado se abarrotan desde temprano, sin que falte el sonido de la música, unos con bocinas, otros con guitarras y tamboras. Las tumbas se convierten en la sede de un gran festejo, donde los familiares disfrutan, aunque sea por un momento, la compañía de quien ya no está con ellos. Otros prefieren aprovechar el tiempo, y limpiar la última morada de sus fieles difuntos. Y en casa, los altares, con los que las familias saltillenses recuerdan a sus seres queridos que partieron “al más allá” a través de altares, en los que colocan frutos, comida y hasta bebidas alcohólicas que en vida el difunto disfrutaba.

Limpio hasta los huesos

Cada uno de los estados de la península yucateca tiene tradiciones propias para esta festividad. En Campeche, específicamente en la comunidad de Pomuch, se preserva una tradición ancestral, basada en ritos precolombinos.

El día 1 de noviembre, los habitantes del poblado limpian las tumbas de sus difuntos, sin embargo, la limpieza incluye el lavado de los huesos de los fallecidos.

La costumbre proviene de los antiguos mayas, quienes acostumbraban a restaurar los rostros de sus muertos.

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Ferias y festivales

En el Estado de México la celebración del Día de Muertos se puede apreciar desde las representaciones que realizan los pueblos originarios, como los mazahuas, otomíes, matlatzincas, nahuas y tlahuicas, que se caracterizan por su colocación de ofrendas o altares de muertos, con características peculiares cada una, así como el arreglo de tumbas y la velación en los cementerios.

En vísperas de la llegada de los fieles difuntos, municipios mexiquenses considerados como atractivos turísticos se han sumado a la celebración con poco más de mil actividades, entre las que destacan las tradicionales ferias del alfeñique, así como el Festival de las Almas en Valle de Bravo. En tanto, la capital del estado alista ya su representativo desfile monumental de catrinas y catrines, el cual partirá en punto de las 19:00 horas el 1 de noviembre.

El Gobierno del Estado de México desplegó cerca de mil elementos policiacos, quienes cuidarán los poco más de mil 300 camposantos en los municipios.

La comida de las Ánimas

En Yucatán, la festividad se conoce como Hanal Pixán, que en lengua maya significa “comida de las ánimas”.

El ritual más importante es la colocación del altar (no ofrenda) que varía en tamaño y distribución de acuerdo con la edad y parentesco con el finado.

El platillo característico es el pib o mucbilpollo, que se cocina en horno de tierra y se coloca en los altares para honrar a los muertos.

Concurso de plañideras

Con un festival de siete días, el municipio de San Juan del Río celebra la llegada de los muertos al mundo terrenal.

Para la celebración se realizan diversos concursos, entre ellos el más reconocido, incluso a nivel nacional, es el de plañideras.

Este año se realizó desde el 27 de octubre y concluirá el 1 de noviembre, días en los que los visitantes podrán disfrutar de una ofrenda monumental, misma dedicada a la pianista sanjuanense Esperanza Cabrera.

Por primera vez se montó una exposición en la galería del Portal del Diezmo y se llevará a cabo la Marcha de los Muertos donde catrinas y catrines recorrerán dos kilómetros desde el Puente de la Historia hasta el Museo de Sitio de la Muerte.

En toda la entidad se montará un operativo de seguridad para vigilar panteones, plazas comerciales y tianguis durante estos días.

En la operación participará toda la fuerza de seguridad del estado compuesta por 800 elementos, además de la Policía Federal y las policías municipales.

Cabe mencionar que no existen durante estas festividades rutas exclusivas de transporte público con destino a los panteones en todo el estado.

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GG