“Parece que tenemos un tiro al blanco en la frente”

 

Periodistas exigieron en Segob justicia por asesinato de Javier Valdez


El cuerpo de Javier, tendido a mitad de la calle, recordaba lo único que no se ha podido matar: la inseguridad y vulnerabilidad de los reporteros. Por él y los 36 periodistas asesinados durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, reporteros vestidos de luto exigieron justicia para el hombre que, en palabras de María Herrera, supo ser “amigo y hermano”.

A las afueras de la Secretaría de Gobernación, los maestros de la pluma exigieron justicia para el colega asesinado, aquí el dolor y la indignación se sentía y se veía en los ojos llorosos, porque “mañana puede ser cualquiera de nosotros”, aseguró Mariana González, periodista independiente.

“Nosotros no hacemos otra cosa que nuestro trabajo, que es informar. Pero parece que tenemos un tiro al blanco pegado en la frente o en la espalda, esperando ser manchado de sangre”, las lágrimas de la joven mujer brotaron con más rabia que dolor.

Jesús Javier Valdez Cárdenas, fue el sexto caído en lo que va de 2017, año que pareciera será el más violento y peligroso para los periodistas, con lo que se demuestra que el asesinato es un eslabón de la cadena represiva.

No nos vamos a callar, fue la consigna clara que rompió el aire, seguida de las palabras de Carmen Aristegui, que reflejaban el sentir colectivo, “hoy los periodistas estamos aquí para decirle al gobierno mexicano que basta ya, basta de asesinatos cobardes”.

“La muerte de un periodista, es la muerte de nuestras libertades”, sentenció Aristegui, nada más cercano a la realidad, esa que los reporteros nos encargamos de acercarla a la sociedad, y que parece molestar altos intereses.

Hoy, la muerte de Javier, de Miroslava, de Cecilio, de Regina, de tantos; duele, indigna, pero no habrá más silencio por esos asesinatos. Porque la sangre de todos ellos no sólo nos salpica, nos baña.

Conforme la obscuridad cayó poco a poco, las veladoras se encendieron, iluminando la calle, los rostros desencajados, sedientos de justicia, y las imágenes de todos los periodistas asesinados. Hoy los periodistas no cubrimos la protesta, hoy los periodistas decidimos protestar, por la vida, por la seguridad y por la justicia.

Mientras la pared de la secretaría mostraba a Valdez relatando la pesadilla que se vive en Sinaloa, llamar a salir a la calle, a buscar la historia, historias que aceptó ponían en riesgo la vida de quien las contara, las cientos de voces que se conglomeraron exigían lo único que gritan las gargantas heridas de este país: justicia, no más impunidad y ahora no más silencio.