Vuelven a vivir

 

Logran rescates milagrosos entre toneladas de escombros


El puño arriba es la señal para que los brigadistas y voluntarios hagan un silencio sepulcral.

A lo largo del día de ayer, la esperanza de encontrar con vida a más atrapados bajo los escombros fue la principal motivación de los socorristas tras el inicio de su búsqueda de víctimas del sismo de magnitud de 7.1 en la escala de Richter.

“Ya quiero salir de aquí”, fueron las primeras súplicas de José Luis Ponce Illescas, de 67 años de edad, al establecer contacto verbal con el cuerpo de rescatistas que trabajó en un edificio colapsado en la colonia Lindavista, en la delegación Gustavo A. Madero.

Después de permanecer 26 horas atrapado bajo los escombros, se convirtió en la primera persona rescatada en el inmueble derrumbado, de la calle Coquimbo 911.

Todos los rescatistas están atentos al menor ruido que pueda emerger de las toneladas de escombro.

El colegio Rébsamen se convirtió en el epicentro de la esperanza. La cercanía con la alumna Frida Sofía puso los reflectores en ese lugar.

Carlos, un joven rescatista que se rompió una pierna cuando le cayó encima un trozo de concreto, resume lo que hoy siente el pueblo de México. “Aquí estamos, no nos vamos, sí estoy fracturado, pero de alguna forma voy a seguir ayudando”.

En tanto, voluntarios y efectivos federales trabajan para rescatar a los sobrevivientes del edificio colapsado en Viaducto Miguel Alemán 16, esquina con Torreón, en la delegación Benito Juárez. Y es la misma escena en las zonas siniestradas. Son  cientos de manos que rescatan esperanzas.