Al jugar futbol se pueden hacer maravillas con los pies. Al opinar, no

 

Diego Armando es un pelmazo que habla de mucho y entiende de poco


Crisis política, ruptura del orden constitucional, violación sistemática de las libertades y de las garantías individuales, polarización, encono, violencia, más de 100 muertos, más de 600 presos políticos a todo lo cual hay que añadirle una economía en ruinas con más de 25 por ciento de decremento del PIB y 700 por ciento de inflación, desabasto y escasez no han sido elementos suficientes como para disuadir a Diego Armando Maradona de pronunciarse a favor de la tiranía de Nicolás Maduro. El astro argentino dijo en redes sociales “Somos chavistas hasta la muerte y cuando Maduro ordene estoy vestido de soldado para una Venezuela libre”. En ocasión de la muerte de Hugo Chávez en 2013, Maradona dijo en entrevistas a los medios que algo que siempre le agradecería a su amigo Hugo era la inmensa sabiduría política que le legó.

Seguramente es esa sabiduría política la que le permite ver al pelusa el paraíso en el que Venezuela se ha convertido después de casi dos décadas de chavismo, mientras que otros, lacayos del imperialismo, ignorantes, impreparados, zafios y palurdos como yo, seguimos empeñándonos de forma malévola y mercenaria en mentir sosteniendo que Venezuela es un desastre. En cualquier caso hay que escuchar al Diego porque como todos saben, es su aguda capacidad intelectual y su amplio conocimiento de las ciencias económicas y políticas lo que lo han convertido en la celebridad que hoy es

. ¿Ah, no, verdad? No. Maradona es una celebridad por la extraordinaria habilidad que alguna vez tuvo para jugar futbol.

Nada más. Más allá de ello la realidad nos muestra que Diego Armando es un pelmazo que habla de mucho y entiende de poco y que además no se ha dado cuenta de que sus supuestos amigos Castro, Chávez y Maduro no hicieron sino utilizarlo para aprovecharse de su popularidad.