AMLO, el incorregible

Andrés Manuel López Obrador. Foto: Cuartoscuro 

Andrés Manuel López Obrador pereciera creer que México es un anhelado objetivo


Andrés Manuel López Obrador pereciera creer que México es un anhelado objetivo y que sus desplantes donde “ha mandado al demonio a las instituciones”, en 2002; donde secuestró el Paseo de la Reforma desde el Zócalo hasta la fuente de Petróleos; después en 2008, igual en 2014 y de nuevo en su visita a Estados Unidos, cuando el padre de uno de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa mostró una foto ampliada de AMLO con el hoy preso José Luis Abarca, ex presidente municipal de Iguala y a quien el tabasqueño impulsó y luego desconoció, se olvidan fácilmente.

Lo cierto es que por más que sus seguidores aseguren que después de dos infartos y de 18 años de estar en campaña por la Presidencia de la República, AMLO ha cambiado, en los hechos queda plenamente comprobado que no.

En Nueva York, López Obrador entregó una carta en la ONU, para denunciar la permanente violación de los Derechos Humanos por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Después en Washington, donde Antonio Tizapa, padre de uno de los 43 desaparecidos, subiera al estrado con la citada foto, López Obrador le llamó provocador al padre, casi le arrebató la foto y desde un templete, preguntó el porqué del reclamo de los 43 no se lo hacían al presidente Enrique Peña Nieto y al Ejército que había desaparecido a los jóvenes.

López Obrador entonces recibió una cascada de reclamos por sus señalamientos y se le dijo por parte del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que sus dichos los debería presentar ante el Ministerio Público, porque el que acusa debe probarlo. El presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, aseguró que López Obrador es indigno de convertirse en el jefe nato de las Fuerzas Armadas, cuando las insulta.

Legisladores del PAN, Verde e incluso PRD, también señalaron a López Obrador como un amnésico a modo, que cree que nadie se da cuenta de sus explosiones de carácter.

Pasados algunos días, AMLO aseguró que él “no había ofendido al Ejército” y anunció que de llegar a la Presidencia, elevaría los sueldos de los soldados y marinos, que no utilizaría al Ejército “para reprimir al pueblo” y que no había dicho nada en ofensa de las Fuerzas Armadas.

El pueblo de México está hecho de hombres y mujeres conscientes y no de memoria corta ni mucho menos amnésicos.