Ataque a dinero del narco

 

La estrategia del gobierno entrante “se enfocará en atacar los recursos financieros de los narcotraficantes


Esta vez el cambio en el discurso antinarco puso énfasis, como nunca, en atacar a las finanzas de los cárteles de la droga. Con horas de diferencia, se anunció primero en Chicago, ciudad donde operará pronto un grupo especial de policías estadounidenses y mexicanos que centrarán sus afanes en destruir las bases financieras de grupos del crimen. Y, horas después, replicó el discurso en México el futuro secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño: la estrategia del gobierno entrante “se enfocará en atacar los recursos financieros de los narcotraficantes”, dijo.

Qué bien que se haga público y explícito este enfoque, porque con toda razón se podrá exigir al equipo de Andrés Manuel López Obrador que ofrezca resultados de ese atinado propósito, dado que hoy las unidades antilavado y las de investigación financiera brillan por su inacción. No rinden cuentas sobre algún operativo de relevancia desde que, en 2007, se hallaron al menos 205 millones de dólares en efectivo en la residencia del empresario chino mexicano Zhenli Ye Gon.

En lo que va del siglo han sido abatidos o capturados, encarcelados en México y luego extraditados, numerosos capos y operadores financieros de todos los grupos de traficantes –incluidos Joaquín, “El Chapo”, Guzmán; Benjamín, Francisco Javier y otros de la familia Arellano Félix; Osiel Cárdenas Guillén, Edgar Valdés, “La Barbie”, entre muchos más–, cuyas fortunas se mantuvieron intocadas o (hipótesis sospechosista) el gobierno pudo haber incautado millones en efectivo, vehículos, aviones, ranchos y residencias sin que la opinión pública haya sido jamás informada. Me inclino a pensar que la ineficiencia y el privilegiado enfoque punitivo privaron a las finanzas públicas de esos tesoros mal habidos y acumulados por los traficantes.

¿No hemos escuchado hasta el cansancio que las ganancias del tráfico de drogas de los cárteles mexicanos sobrepasan los 40 mil millones de dólares anuales? Son datos de la agencia antinarcóticos estadunidense (la DEA) que luego son repetidos de manera oficial aquí.

Desde Gran Bretaña, el experto Martin Woods siguió la pista a una de las operaciones de lavado más cuantiosas del mundo: en sólo cuatro años, del 2004 al 2007, el Wachovia Bank de Estados Unidos aceptó depósitos por 378 mil millones de dólares solamente del Cártel de Sinaloa (significan 10 años de ganancias del tráfico de todo tipo de drogas desde México o, si se prefiere, casi un tercio del Producto Interno Bruto del país por aquellas fechas no tan lejanas). Investigado por el fiscal federal Jeffrey Sloman, ese banco pactó, bajo la Ley de Secrecía Bancaria de EU, pagar sólo 110 millones de dólares de multa por permitir transacciones con dinero proveniente del narco, y otros 50 millones por no haber monitoreado pagos en efectivo que sirvieron para transportar 22 toneladas de cocaína.

Es decir, Estados Unidos suele consentir la impunidad del blanqueo de capitales a través de pactos y negociaciones para que los culpables ni siquiera sean juzgados, como fue el caso de los directivos de Wachovia, banco que ya ni siquiera existe como tal.

Funcionarios de los dos países anunciaron en Chicago que de todos modos se va a continuar con la captura de líderes traficantes y se combatirá el trasiego de armas de Estados Unidos a México.

“Dinero es el único propósito” de los grupos traficantes, sintetizó Anthony Williams, jefe de Operaciones de la DEA. Por eso es clave atacar las finanzas de los cárteles