Mercenarios

 

Los integrantes de la CNTE no tienen la conciencia de que ser profesor en México, es ser servidor público


Los diálogos, negociaciones o debates que abrió el Gobierno con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no han reflejado resultados, debido a que los disidentes magisteriales se convirtieron en mercenarios de la política.

Los maestros, aglutinados en la coordinadora, han reclamado la evaluación magisterial, los maestros presos por los malos manejos financieros y una infinidad de temas de carácter político-educativo.

Sin embargo, todo se resume a que quieren mantener la serie de privilegios conquistados a lo largo de varias décadas.

Aunque hay que resaltar que uno de los puntos que no han tocado es el correspondiente al tema económico. No hay discusión en el gasto en educación y mucho menos la cantidad de prestaciones legales que obtienen por su trabajo.

Lo que nació como una lucha laboral, con los años comenzó a distorsionarse hasta convertirse en un grupo de choque interesado en obtener recursos; es decir, los integrantes se volvieron maestros del chantaje y la desestabilización político-social.

México invierte en el ramoeducativo cerca de 6.2 por ciento de su PIB, cercana a la media de la OCDE de 6.3 por ciento; sin embargo, este gasto no se traduce en una mejora del aprendizaje entre los estudiantes mexicanos. Por grupos de la CNTE que no concluyen ciclos escolares ni dejan alumnos mejor preparados.

Eso no lo mencionan los dirigentes de la Coordinadora. Los resultados de su trabajo no están a discusión porque ellos no quieren. Lo que pretenden es convertirse en una piedra en el zapato de este Gobierno. Así como seguir a las órdenes de los más diversos intereses políticos, pero no en favor de la educación.

Los integrantes de la CNTE no tienen la conciencia de que ser profesor en México, es ser servidor público, ser el agente designado por la comunidad, para resguardar el derecho de los niños a aprender. Este punto debe ser parte del debate público nacional.

No ser parte de un movimiento desestabilizador de la política gracias a la serie de intereses que rodean a esta organización que está reprobada por la sociedad ¿o no?.