Berrinche o agresividad

 

La ciencia ha clasificado en seis grupos las posibles causas de la violencia y agresividad


No se preocupe por el berrinche, ocúpese de lo que motiva hostilidad en su pequeño angelito. Es una recomendación de especialistas que sucumbe ante el “amor incondicional”, y bien puede ser una distorsionada instrucción cultural. La ciencia ha clasificado en seis grupos las posibles causas de la violencia y agresividad.

Tres son de origen interno: desórdenes de conducta, desorden de oposición desafiante y anormalidades cerebrales.

Los otros tres tienen relación con el entorno: exposición a la violencia, abuso infantil y la influencia de los medios de comunicación. Los matices son amplios y confusos, aunque la frustración es uno de ellos. Test. ¿Qué hizo cada vez que su “bebé” frunció el ceño; aventó cosas; se tiró al piso, mordió al hermanito o a usted mismo? Según especialistas, el dominio de la frustración debe ser inculcado y acompañado como aprender y caminar.

¿Si sus hijos saben identificar ese sentimiento, interpretarlo y deshacerse de él, lo felicito. Las lesiones emocionales deben ser prioridades. Pero si el amor de su vida muestra crueldad hacia los animales ¡Cuidado! Algo realmente grave está pasando. La mayoría de los padres de familia ocultan las señales de emergencia tras las faldas del cariño. Y eso con el tiempo puede transformar un “ayúdame” en agresiones a otros o a él mismo. No se trata de criticar, es entender otro aspecto de los lamentables hechos en el Colegio Americano del Noreste en Monterrey.

Porque el león no es komo lo pitan, resulta que parir y criar requiere orientación y diseño institucional, pero no hay políticas públicas para ello. Al final del día no se trata de querer más ni menos a un hijo, se trata de querer mejor.