Chamaqueando morenazos

 

El caso de Eva Cadena nos lleva a episodios cotidianos y actuales


Puede decirse que todo tiempo pasado fue mejor, lugar común, por cierto; la historia en México es circular, damos vueltas en torno de nosotros, como burros de noria, lugar común, desde luego; por no conocer nuestra historia, repetimos los errores, lugar común, obvio.

Y bueno, el caso de la señora aspirante a munícipe en Veracruz, Eva Cadena, nos lleva a episodios, por su repetición, cotidianos y actuales.

Las mañas del tricolor y de los colores marianos son tan simples que se limitan a disponer de recursos públicos. Antes, la Lotería Nacional que es fuente de riqueza personal de sus directivos. ¿O alguien sabe de algún exdirector que no disfrute un dorado retiro, del que se sepa cualquier cosa tras abandonar el cargo?

Cada partido tuvo sus vías de financiamiento lateral. De dinero claramente –contradicción– oscuro, no siempre de fuentes tan dudosas como el narco aunque no debería descartarse. Dígalo Layín, el que roba poquito, pero gasta como si fuese el rajah de Bramaputra.

En el caso de Morena y su prolongada historia a partir del PRD, encontramos los Bejaranos que al recibir los dólares del corrupto empresario argentino, novio de la Robles, precisó que “esto lo sabe Andrés Manuel, pero si se sabe, asumiré la responsabilidad total…”

Eso, mientras Ponce, tesorero del gobierno capitalino sufría hemorragia de billetes verdes en el casino del hotel Bellagio de Las Vegas. Ponce tenía estacionado en el patio de su casa un Ferrari de ésos de cinco millones de pesos.

Yeidckol Polevnsky, la empresaria de la familia Ávila Camacho, hoy secretaria general de Morena, simplona dice que a Eva “la chamaquearon”, expresión patentada por el “Niño Verde”. La verdad si tuviésemos una bola mágica para descubrirlo, nadie participa en una sesión de cohecho con desconocidos.

Tampoco recibe dinero de cualquiera. La ahora víctima de López Obrador –¿será correcto “chiva expiatoria”– asumirá las culpas pero recibirá su premio. No culpen a los perversos del PRI o a los desvergonzados del PAN, el numerito lo hicieron los “Pejes”, como el marido de Sheinbaum, un tal Imaz, exdirigente rebelde universitario, también exhibido recibiendo dólares del conosureño.

O debemos aceptar que la inocencia de los afiliados al partido del tabasqueño llega a niveles de retraso mental… a todos los chamaquean.

Una pregunta sin dolo: ¿Ochoa, del PRI, es el mismo que trabaja como portero de la selección..? ¡Ah! Por eso le meten tantos goles.

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