Para que la cuña apriete… ha de ser de palo distinto

 

Con Tim Kaine, Clinton busca asegurarse la simpatía de la minoría hispana


Casualmente el compañero de fórmula de un candidato a la presidencia de Estados Unidos busca complementarlo bajo criterios territoriales, raciales, religiosos o ideológicos. De esta suerte por ejemplo, cuando Barack Obama, joven senador de raza negra y religión protestante fue  candidato a la presidencia, eligió como compañero de fórmula a Joseph Biden, veterano senador, de religión católica y de raza blanca. De manera similar,cuando el republicano John McCain,  hombre, maduro y del sureño y caluroso estado de Arizona, buscó llegar a la Casa Blanca, se hizo acompañar por Sarha Palin, mujer, joven y gobernadora del ultranorteño estado de Alaska. En el caso que hoy nos ocupa, es decir, el de la elección de Tim Kaine como compañero de fórmula de Hillary Clinton el principio de los contrastes se cumple en parte.

Para empezar es hombre y Hillary es mujer, en segundo lugar es católico y Hillary protestante y en tercer lugar tiene una postura más conservadora que la de Hillary en torno al aborto y ello podría ganarle algunos electores conservadores no del todo convencidos por la opción de Donald Trump. Otra importante razón para haber elegido a Tim Kaine como compañero de fórmula es que en su calidad de ex gobernador de, y senador por el estado de Virginia, puede ayudar a Hillary a alzarse con la victoria en un estado muy disputado y que otorga una cantidad importante de votos al colegio electoral… nada menos que trece. Un número que desde luego no es comparable con los 55 de California o con los 34 de Texas, pero tampoco con los tres de Wyoming o los cuatro de Idaho. En cualquier caso con Tim Kaine, Clinton busca asegurarse la simpatía de la minoría hispana sin la que, desde hace al menos cuatro elecciones presidenciales, es imposible llegar a la Casa Blanca y es que chapurreado y como se quiera, el candidato demócrata a la vicepresidencia incluso habla español.

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