Con ella todo…

 

Ellas ganan entre cuatro y 12% menos que los hombres


Con ella todo, sin ella nada. Es fragmento de la jaculatoria dedicada a la Virgen María, convertida en himno por el padre Félix de Jesús Rougier, fundador de la congregación Hijos del Espíritu Santo. Se volvió leyenda tras su muerte a principios del siglo pasado. Por las mismas fechas la muerte la volvió título y prosa de uno de los poemas con los que Amado Nervo lloró la partida prematura de Ana Cecilia Luisa Daillez, su gran amor. Y fue también a inicios del siglo XX, en 1914, cuando el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson decretó el Día de las Madres tras muchos años de presiones sociales y de grupos religiosos metodistas. Ocho años más tarde, el 10 de mayo de 1922, el periodista poblano Rafael Alducín promovió, en el diario que dirigía, el establecimiento del Día de las Madres en México. Luego, el presidente Manuel Ávila Camacho decidió inmortalizar la fecha en cantera en las calles de Sullivan. Pronto el sentir se materializó. Hoy, el gasto por el festejo es comparable con el que las familias hacen en Navidad o Año Nuevo.

Pero como el león no es komo lo pintan, la inequidad y la violencia las oprimen y humillan. La falta de acceso o deficiencias graves en atención médica y educación, las matan y vulneran. Según el Inegi e Inmujeres, son más de 30 millones; 97 por ciento combina quehaceres domésticos con actividades económicas; 35 por ciento trabaja en la informalidad, 33 por ciento en empresas y 17 por ciento en instituciones. A pesar de que 96 por ciento de las mujeres con hijos participa en la producción de bienes y servicios, ellas ganan entre cuatro y 12 por ciento menos que los hombres. Pero, más allá de las cifras, reflexionemos: ¿Dónde llevamos su valía? El todo y nada, ¿hoy qué significa?

Twitter @MarioALeon