Con valor y verdad. Un dique a la ratería

 

Dos respuestas a la consulta del Nuevo Aeropuerto, después de múltiples preguntas, sobre este polémico asunto, que enfrenta a los gobiernos entrante y saliente. Por un lado, revela la voluntad del nuevo régimen de preguntarnos qué y cómo hacer las cosas. Es muy positivo que haga las cosas, tal y como quiere la gente; es […]


Dos respuestas a la consulta del Nuevo Aeropuerto, después de múltiples preguntas, sobre este polémico asunto, que enfrenta a los gobiernos entrante y saliente.

Por un lado, revela la voluntad del nuevo régimen de preguntarnos qué y cómo hacer las cosas.

Es muy positivo que haga las cosas, tal y como quiere la gente; es plausible que se tome en cuenta al pueblo.

Y claro, no hay que tenerle miedo a estos ejercicios democráticos, que explican la forma de hacer política de un hombre que para tomar decisiones en la plaza pública, solicitaba levantar el brazo para manifestarse.

Es mejor que desde Palacio Nacional se haga lo que la gente piensa y desea, que imponer la santa voluntad de quien ocupa el más espacio despacho.

Por otro lado, ¿para qué carajos contratamos a un nuevo titular del Ejecutivo Federal, si no tomará decisiones, no ejercerá el poder, ni aplicará políticas públicas?

El voto expresado en las urnas, manifestó que se desea mayoritariamente un nuevo modelo económico y que las cosas se hagan distintas como hasta ahora. ¡Pero que se hagan!

Ahora bien, ¿es correcto que un grupo de legisladores afines al presidente electo patrocinen la consulta? Si bien no nos costará a los mexicanos, ¿así ser la tónica de la cuarta transformación, donde por twitter se decidirán los nombres de los acuerdos económicos internacionales, y se pararán o ratificarán obras?

Claro que el resultado de la consulta no será vinculante, porque no obligará a nadie a cumplir lo que ahí se exprese. Es más, si llegara a suspenderse la mega obra, se le dirá a los inversionistas que así lo decidió el pueblo.

Pero como se lo dije ayer a Manuel López San Martín, conductor titular de Mesa Para Todos, de MVS Noticias: lo más destacado de toda esta polémica es el mensaje político que está enviando Obrador. Le está diciendo al gobierno que concluye que si hay diezmos, moches o comisiones por la varilla, ya se les acabó el negocio.

Les dice con este barullo, que si hay sociedades entre promovedores y políticos, ya se les acabó la alianza económica; si había transas en la mega obra del sexenio, díganle adiós a los depósitos que daría el negocios del sexenio.

Como me dijo un cercano a AMLO, no es un tema técnico ni negar que se necesita un nuevo sistema aeroportuario, sino poner un dique al dispendio y a la ratearía.

*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx