Crecimiento a futuro

El crecimiento en el mundo se encuentra tambaleante. No sólo se trata de una latitud, en general las perspectivas se agitan ya que tanto en Europa como en América y Asia, las naciones se mueven a ritmos vertiginosos en materia política y económica. Sin olvidar que la geopolítica tiene un componente global en el que la economía y la toma de decisiones son prepoderantes.

Recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) mostró un leve optimismo sobre el crecimiento mundial, pero alertó sobre el riesgo de una “guerra comercial” alimentada por las presiones proteccionistas en Estados Unidos y Europa.

El FMI reconoce que problemas estructurales subyacentes, como el débil crecimiento de la productividad y la elevada desigualdad en los ingresos, agudizan las presiones en favor de la adopción de políticas aislacionistas.

Sin embargo, la profunda incertidumbre sobre la evolución a corto plazo de la economía y de las políticas aumentan el riesgo ya que por el momento Estados Unidos y Norcorea ponen en una situación tensa la geopolítica. Además de que la impredecibilidad de la evolución de la economía mundial en el futuro próximo y la incertidumbre sobre las medidas que tomarán los gobiernos en relación con las políticas monetarias, fiscales y comerciales aumentan el riesgo de contención de la actividad comercial. Un elemento que se debe considerar en estos años recientes es que el crecimiento de la productividad laboral se ha desacelerado visiblemente en la mayor parte de las economías desarrolladas, y también en muchos grandes países en desarrollo y economías en transición.

Lo que se prevé que estimule el crecimiento es que el comercio internacional llegue a una tasa de crecimiento de 4 por ciento en el año 2018, lo que significará más del doble de 1.3 por ciento registrado en 2016, este pronóstico de la Organización Mundial del Comercio puede ser lo que ayude en el mediano plazo y se comience a revertir este periodo de crecimiento lento.