Crisis a la vista

 

La gente percibe que el país lleva un mal rumbo


El quinto año de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto pinta mal. Lo previsible es que en los siguientes meses las cosas tiendan a agravarse a causa de las divisiones que generarán las elecciones para gobernador en Coahuila, Nayarit y el Estado de México, alcaldías en Nayarit, Coahuila y Veracruz, y congresos en Nayarit y Coahuila. Esos estados marcarán el rumbo político del país en los siguientes meses.

Enrique Peña Nieto comenzó su quinto año de gobierno con un evaluación que llega apenas a 19 por ciento de acuerdo a las mediciones del Grupo GEA, pero la evaluación ciudadana tiende a seguir deteriorándose, lo que quiere decir que no hay manera de salvar el sexenio y tendrá que prepararse para enfrentar una de las crisis más severas de la historia reciente en el país. Pocas veces se ha presentado un escenario donde el Presidente de la República es reprobado por el 77 por ciento de sus gobernados.

Uno de los factores que detonaron el enojo popular fue, sin duda, el incremento en el precio de las gasolinas. Después de las violentas protestas lo previsible era que la escalada a la baja se tornara incontrolable. El problema de las llamadas reformas estructurales es que produjeron afectaciones en el bolsillo de las clases marginadas, lo que aunado a los casos impunes de corrupción que se han dado a lo largo del sexenio, produjo un encono que no se ha logrado disipar.

Para decirlo de otra manera, la gente percibe que el país lleva un mal rumbo económico y político, y ante esa circunstancia, cualquier intento de modificar las percepciones resulta vano e inútil. En lo político, 82 por ciento de las personas piensa que el país va por un rumbo equivocado, y en lo económico es 76 por ciento de los mexicanos los que creen que la estrategia no es correcta. Así, la desaprobación se generaliza y solamente dos de cada diez mexicanos no reprueban la gestión presidencial.

Tenemos que aceptar que en estos momentos el Presidente Enrique Peña Nieto no las trae todas consigo en materia de popularidad, y eso mantiene en un brete no tan solo al gobierno, sino al país mismo, porque se ha extraviado no tan solo el rumbo, también se ha perdido la credibilidad y la gobernabilidad, que no es otra cosa que la capacidad que tiene la estructura gubernamental para responder a las necesidades de su población.

Sin pretender señalar que el sexenio está perdido, no creo que existan posibilidades de rehacer el proyecto y conseguir mejoras en el corto plazo. Esto le costará nuevamente al partido en el gobierno volver a ser oposición. La pregunta es si podrán superarlo y rehacer su proyecto político a la vez que reforzar la plantilla de sus militantes. Al tiempo.