Crisis de Estado

 

La crisis legislativa tiene su origen en las aspiraciones de Anaya


Defínese al Estado como la organización política dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un país. Tradicionalmente el concepto de Estado difiere según los autores, pero uniformando conceptos diríamos que “El Estado es el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado.

La crisis legislativa que enfrenta la Cámara de Diputados tiene su origen en las aspiraciones presidenciales de Ricardo Anaya, a quien poco le ha importado provocar un conflicto de constitucionalidad cuando de privilegiar sus intereses personales se trata. Y esta crisis podría servir de ejemplo para visualizar lo que podría suceder en la siguiente legislatura cuya integración se definirá en la elección del año venidero. Y no es que sea alarmista, pero como van las cosas nos encaminamos al peor de los escenarios.

José Woldenberg lanzó la voz de alerta al vislumbrar una posible fragmentación del voto el año venidero, y eso quiere decir que de concretarse el escenario, ningún partido lograría una mayoría que le pudiera otorgar la capacidad absoluta para la toma de decisiones. Esto provocaría también que los propios partidos políticos tuvieran que recurrir a la legitimación de sus propuestas mediante el apoyo ciudadano, y eso quiere decir que tendrían que salir a la calle a buscar los consensos.

La iniciativa de Pedro Kumamoto Sin voto no hay dinero, o la llamada ley 3de3, impulsada por diversas organizaciones sociales, son la mejor muestra de lo que verdaderamente significa el poder de los ciudadanos.

Con esto quiero decir que los partidos políticos debieran asumir la obligación de voltear a ver a los ciudadanos para que sean éstos quienes avalen sus propuestas. Pero si de algo estoy seguro es que seguirán haciendo cuanto puedan con tal de seguir suplantando la voluntad popular.

Lo que no han entendido los políticos de este país y de estos tiempos, es que las cosas han cambiado y que la ortodoxia política que ahora se practica es diferente a la que estuvieron acostumbrados hasta hace algunos años. Pero además tampoco han entendido que el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador se debe a esa reiterada cantaleta de preguntarle al pueblo las cosas, aunque después utilice el argumento del dedito autoritario de la democracia tropical.

De cualquier forma el tabasqueño demuestra que sabe leer mejor que sus adversarios la inconformidad social que en estos momentos existe entre los mexicanos, y que el encono también está dirigido hacia los legisladores, esos que antes que cumplirle a la Patria como siempre lo señalan, se confabulan para hacer de las suyas y proteger el interés político antes que el interés del pueblo. La crisis se debe a la mendicidad de quienes dicen trabajar para nosotros. Al tiempo.

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