Recetario del crimen

 

Morir por propia mano es la opción que 20 veteranos toman cada día en la Unión Americana


Los ingredientes se repiten como en recetario. Un tirador solitario armado hasta los dientes. Integrante de una minoría –era negro–, 25 años. Carecía de antecedentes penales y no se le conocían vínculos terroristas. El cansancio por el abuso de la policía blanca es considerado “el motivo” de su ira. Y antes de morir, como en un guión casi sin excepciones, alcanzó a susurrar palabras amenazantes y, desde luego, su no arrepentimiento.

También presentes en la lista, los reconocimientos: una medalla por su lucha contra el terrorismo y un galardón de la OTAN por su desempeño. Y es aquí donde un frío singular recorre el cuerpo. Sí. Este hombre señalado como asesino estuvo destacado en Afganistán entre 2013 y 2014, aunque servía al Ejército desde 2009. No se ha revelado si tuvo o no asistencia médica y sicológica del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA, por sus siglas en inglés), pero un reciente estudio lo hace candidato. Se acusa que las personas que regresan de conflictos y reciben asistencia de salud mental son menos propensos al suicidio, por ejemplo. Morir por propia mano es la opción que 20 veteranos toman cada día en la Unión Americana.

Pero agredir a otros también forma parte del cuadro clínico, según datos del VA; 300 veteranos de guerra están hoy en el corredor de la muerte a la espera de su ejecución. Son casi 10 por ciento del total de reos condenados a muerte en un país cuyos tribunales no toman en cuenta secuelas sicológicas por servir a las Fuerzas Armadas y tampoco derechos adquiridos por veteranos latinoamericanos que son deportados de manera irregular y que, como el león no es komo lo pintan, ni allá ni acá reciben la atención médica adecuada por haber servido al Tío Sam.

@MarioALeon