De Mauleón

 

Posee información exacta, relativa a la delincuencia


Hace dos semanas alerté ante una serie de amenazas recibidas por Héctor de Mauleón y excitaba a la autoridad a estar muy atenta de su integridad física, es decir, a cumplir con su trabajo, pues es un activo social imprescindible para una ciudadanía siempre ayuna de información relativa a la delincuencia adueñada de nuestras ciudades. El embate se ha multiplicado a través de las redes sociales, llegando incluso a mostrar una fotografía suya usada como blanco de tiro.

De Mauleón posee información exacta, relativa a nombres, operaciones y movimientos de la delincuencia, y la autoridad aduce carecer de ella y justifica su inacción en esa deficiencia. Él es un profesional, la segunda no. Da pie a pensar en un colaboracionismo que la silencia y causa ceguera.

Hay muchos ejemplos: los invasores de la Roma y la Condesa; el cártel de Tláhuac, desatendido por años a pesar de ser tan visible y ahora centro de una campaña obviamente mediática; los excesos delegacionales en varias jurisdicciones; la mafia de Plaza Meave y el Mercado de Sonora, además de casos sonados en Sinaloa, Baja California, Tamaulipas y otras entidades.

En una paradoja, las procuradurías se han movido muchas veces a partir de la información del periodista, obligadas por la precisión de sus datos a mostrar un celo ausente casi siempre de su agenda.

Eso lo hace incómodo para delincuentes y autoridades, a quienes exhibe, en un coctel francamente peligroso para la seguridad de cualquiera.

De Mauleón ha dejado clara su decisión de mantenerse en la misma línea, lo cual es arriesgado pero agradecible, es de esa madera periodística difícil de agrietar. Sin embargo, corresponde a esa sociedad beneficiada por su integridad exigir que se le proteja. Nada puede pasarle. Todos le debemos algo. Es momento de corresponderle con apoyo y solidaridad expresos.

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