¿De qué se trata?

 

Cualquier contendiente que hubiera propuesto AMLO, hubiera sido elegido


Se realizó un proceso formal en Morena muy parecido a las encuestas que solía organizar Andrés Manuel López Obrador cuando era el jefe de Gobierno de “la Ciudad de la Esperanza”.

El segundo piso del Periférico lo definió en una encuesta restringida y al parecer no se equivocó. Desde entonces ya tenía una persona que le seguía dentro de esa mística que genera el círculo íntimo más profundo del líder de Morena.

Ahora, habemus candidata para la jefatura de Gobierno de la CDMX. Claudia Sheinbaum ganó lo que es un curioso ejemplo de elección democrática, aunque el problema no es ése, el problema es que cualquier contendiente que hubiera propuesto Andrés Manuel, hubiera sido elegido.

En ese sentido, él seguirá jugando con sus incondicionales, algunos esperando ser refugiados en la superestructura como es el caso de Martí Batres, y otros refugiándose en la lógica política que sólo AMLO entiende y que hace tan difícil ser uno de sus seguidores.

Aunque en cualquier caso ser un seguidor de López Obrador significa saber que en su naturaleza está el acierto permanente. Por lo tanto para los que tienen otras aspiraciones no quedan más que dos caminos, o levantan la mano de la elegida o el elegido por él, o se buscan otra iglesia y otra religión.

Si Ricardo Monreal no es el candidato a la jefatura de Gobierno, entonces será el secretario de Gobernación. En principio eso parecería lógico, el problema es que todo es más complicado, me explicaré.

¿Sheinbaum es una buena candidata?

Yo creo que sí, porque tiene un nivel de preparación personal y académico muy alto, y además tiene un nivel de experiencia política donde la honradez es al final el valor que más va a marcar la oferta de Morena.

Ese partido ya tiene un programa económico guardado bajo siete llaves, que junto con el arco del triunfo de Morena será posible en función de lo que pase en la Ciudad de México.

En ese contexto, es evidente el tiro de “El Peje”, pero también es evidente que ahí se concentrarán las demás fuerzas políticas, no sé si para conseguir que pierda o para desgastar a sus candidatos y a sus programas.

Hasta aquí da igual lo que suceda, él siempre sale indemne de cualquier acusación o error de los suyos.

Sin embargo, las elecciones hoy no se ganan en el debate entre la reflexión y la ilusión, sino que se ganan en las redes sociales, en la tecnología y en el secuestro del corazón.

Esta será una campaña de honrado contra honrado y ojalá no llegue demasiado tarde, porque para mantenerse en la dirigencia de una ciudad no basta con la honradez, sino que además es necesario saber qué se debe hacer una vez que se llega al Gobierno.

@antonio_navalon