Democracia con dinero

 

Los elevados costos se encuentran aún lejos de un nivel de eficiencia


Aunque parece una discusión interminable de “reducir” el presupuesto a partidos políticos. La visión que se tiene es que a menos dinero menor calidad en la democracia. Y viceversa. Y de ahí deriva aquella añosa frase de “un político pobre es un pobre político”.

De acuerdo con el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2018, se reduce ese rubro, al pasar de dos mil 450 millones de pesos en 2017, a mil 250 millones de pesos en 2018. Sin embargo, en los tres lustros, las alternancias políticas dejaron de convertirse en un problema extra para el manejo de la economía en las diferentes regiones. La construcción de un proyecto económico ha podido separar la agenda económica de los intereses políticos.

Y es que las elecciones en el país abren la oportunidad para tener de cerca a los candidatos de cada partido político y conocer sus propuestas y, sobre todos, tener un perfil económico que trae detrás. No sólo el financiamiento oficial sino que su declaración patrimonial es un componente importante sobre todo ahora que organismos y legisladores pusieron la mira ese tema.

En la naturaleza de los propios partidos se vale tener y se vale crecer, pero hay que ver cómo y sobre todo los políticos, por supuesto, pues se maneja dinero del erario, de la sociedad del que debe existir una plena transparencia.

En la actualidad, hay más partidos que competirán en 2018, el instituto electoral trabaja en la promoción de la cultura democrática, pero los ciudadanos aún tienen desconfianza en las instituciones. No sólo es un tema de políticos.

Se sabe que la norma entre los países de América Latina en cuanto a gastos de campaña es una ausencia de límites, por lo que es común que el costo del proselitismo y del proceso electoral como tal se incremente constantemente.

Los elevados costos de la actividad democrática en México se encuentran aún lejos de un satisfactorio nivel de eficiencia. No corresponde el empleo de recursos contra los resultados alcanzados. Y no es mentalidad pragmática, es simple razonamiento ciudadano.

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@drcamartinez