Denunciemos el TLC, y aprovechemos lo demás

 

Sacarle el mayor provecho posible a los otros 11 tratados de libre comercio vigentes con 45 países


Aceptando, realistamente, que el TLC ya no tiene, ¡ni con renegociación de por medio!, futuro alguno, ¿qué debe hacer el Gobierno mexicano? Denunciarlo (salirse del TLC) y, ¡muy importante!, sacarle el mayor provecho posible a los otros 11 tratados de libre comercio vigentes con 45 países, y a los 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones, vigentes con 33 países. Ello generaría certeza, que es lo que urge para apuntalar la competitividad de la economía mexicana, definida como la capacidad de una nación para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que son las que abren empresas, producen bienes y servicios, crean empleos y les permite, a quienes obtienen esos nuevos puestos de trabajo, generar ingresos. Las inversiones directas son la causa eficiente del progreso económico.

El TLC ha contribuido de manera importante a elevar la competitividad de la economía mexicana, al hacerla más segura y más confiable, más atractiva, ya que, gracias a lo negociado en el Tratado, cualquier empresa, de capital mexicano o extranjero, que produce en México, puede exportar sin tanta traba a Estados Unidos (para empezar sin la barrera y el lastre que suponen los aranceles), lo cual se ha traducido en un incremento importante en las inversiones directas en el país y, por ello, en la producción de mercancías, en la creación de empleos, en la generación de ingresos.

La cancelación del TLC (que por lo visto hasta el momento ya no tiene futuro alguno), supondría perder esa ventaja competitiva, lo cual se traduciría en un menor flujo de inversiones directas, tanto nacionales como extranjeras, con las consecuencias que ello tendría en materia de producción, de empleos, de ingresos, de oportunidades de mayor bienestar. ¿Hay manera, por lo menos hasta cierto punto, de contrarrestar esa pérdida de competitividad? Sí, y el primer paso consiste en que el Gobierno mexicano denuncie el TLC, es decir, que saque a México del Tratado.

Lo primero que se ganaría sería lo que más urge para apuntalar la competitividad: certeza. Continuará.