Denunciemos el TLC, y aprovechemos lo demás

 

El Gobierno mexicano debe aprovecharla para generar certidumbre


(Cuarta de cinco partes)

¿ Qué significa denunciar el TLC? Que el gobierno de uno de los países integrantes retire a su país del Tratado. Tal denuncia, ¿es legalmente posible? Sí, y está prevista en el mismo TLC. En el artículo 2205 del Tratado leemos que: “Una Parte podrá denunciar este Tratado seis meses después de notificar por escrito a las otras Partes su intención de hacerlo. Cuando una Parte lo haya denunciado, el Tratado permanecerá en vigor para las otras Partes”. Sí existe la posibilidad legal de denunciar el TLC, de que el gobierno de cualquiera de las tres naciones saque a su país del Tratado. El Gobierno mexicano debe aprovecharla para generar certidumbre.

Dado que el TLC no tiene futuro, y para terminar con la incertidumbre que afecta a las inversiones directas, tanto de mexicanos como de extranjeros, el Gobierno debe denunciarlo y (ojo: esto es muy importante), comenzar a sacarle el mayor jugo posible a los otros 11 tratados de libre comercio de los que disponemos, que involucran a 45 países, sin olvidar los 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de inversiones (APPRIS), que tenemos con 33 países, y sin pasar por alto los nueve acuerdos de complementación económica y los acuerdos de alcance parcial (Aladi), que tenemos con nueve países. Todo esto es “lo demás” a lo que se hace referencia en el título de esta serie.

Dicho lo anterior hay que tener claro que la tarea de sacarle el mayor jugo posible a “lo demás”, ya no es principalmente del gobierno, cuya tarea fue negociar y firmar esos tratados de libre comercio, y esos acuerdos de promoción, protección y complementación, sino de los empresarios, que deben salir a buscar, con base en la trilogía de la competitividad (menores precios, mayor calidad y mejor servicio), nuevos mercados, comenzando por los mercados chinos. De los empresarios mexicanos habría que esperar, en estos momentos, una actitud mucho más proactiva, que es la actitud del verdadero empresario. Nuestros empresarios, ¿están a la altura del reto?

Continuará.