Desafina economía brasileña

 

La situación en Brasil es convulsa y muy agitada


El jefe del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil disputó públicamente la afirmación del presidente Michel Temer de que la mayor economía de América Latina está en camino a su recuperación. La realidad es más compleja, pero el anuncio más que abrir un debate intenta dar un mensaje de estabilidad.

Recientemente se conoció a través de la Cepal que la inversión extranjera directa (IED) en América Latina disminuyó 7.9 por ciento en el último año. La disminución más importante correspondió a México (con 70 por ciento menos inversión en el último año), que junto con Brasil y Chile acumularon 76 por ciento de caídas en 2016.

La situación en Brasil es convulsa y muy agitada en términos de percepción y eso sólo se cura con el tiempo y con medidas con suficiente credibilidad en una economía que se agita.

Otro ejemplo reciente de que en Brasil la economía no despega es que Petrobras registró ganancias de 316 millones de reales (100 millones de dólares) en el segundo trimestre de este año, una baja de 93 por ciento respecto al trimestre anterior y de 14.6 frente al mismo periodo de 2016.

El país está en el umbral de dar un salto adelante o caer en el debate de la corrupción y sumergir a las fuerzas políticas en una discusión que ya no tiene más ganadores ni perdedores. Sólo polariza y deja en el colectivo una sensación de que en la política el tufo de la corrupción permea y es difícil de contrarrestar.

Aunque sea parte del llamado BRIC no es seguridad de que se encuentre en una posición de bonanza. Los casos de corrupción y la agitación política radicalizada afectaron a esta nación.

En Brasil ya se cumplieron 12 años de escándalos de corrupción ligados al poder político. En 2005 surgieron las primeras denuncias de la complicada red de pago de sobornos a políticos aliados y durante 2006, Lula tuvo que hacer movimientos en su gabinete y tratar de corregir el camino, ya que al parecer la oposición de los mercados contra el mandatario volvían a crecer.

Brasil necesita lidiar con las secuelas de su reciente recesión. Además que los escándalos de corrupción han dañado las industrias del país.

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@drcamartinez