Desaliento…

 

Siguen las sinrazones apoderadas en especial de lo referente a los temas formales, los que deberían importarnos


Abro la computadora y miro las escasas noticias que contiene y las muchas ofensas, ridiculeces, malversiones, mentiras y falsedades con que repletan las pantallas de las redes antisociales.

Entre la multiplicación de fotografías, en las que los amigos se sienten obligados a colocar el consabido mensaje: ¡qué guapa! ¡No cambias! ¡el tiempo no pasa por ti! Y es cierto, el tiempo no pasa, queda marcado en arrugas, ojeras y más.

Muchas de las gráficas “fotoshopeadas”, otras no tanto, pero todas merecedoras de un discreto silencio. Son galerías de horror en las que sin distinción mujeres y hombres intentan sacar belleza de credenciales infantiles y buscan engañar a quienes los conocen y saben de su “vejestud”, de su paso por la vida.

El espacio ocupado en estos menesteres se escamotea a la información. Pero no afecta a la ofensa, al insulto, a la difamación. Se aprovecha cualquier resquicio para sacar complejos y miedos.

Siguen las sinrazones apoderadas en especial de lo referente a los temas formales, los que deberían importarnos. Y que deberían ser objeto de una cuidadosa ponderación antes de tocar la maquinita de escribir. Mecánica, cibernética, lo que importan son las ideas.

Leo sobre el discurso presidencial dos posturas: una, reclama que hasta el quinto año de gobierno se haya dado cuenta que es el mandatario de los mexicanos; otra, preguntando en medio de distintos insultos de todos calibres, quién lo escribió.

Y que curioso, se evade que sin importar al autor del texto, y sin que hayan transcurrido un día o cien años de su gobierno, asumió con valor y de frente la posición de los mexicanos que muchos ven con prevención y temor. La reacción de Donald Trump nos mantiene con el Jesús en la boca.

Parece claro que al mandatario del norte no le interesa polemizar o responder razonamientos.

Le basta con insultar, tirar la piedra y esconder la mano, sería la imagen exacta de sus “tuiteradas”.

Por hoy, para Trump lo importante está en Siria.

Culpar a Obama, lanzar toda suerte de improperios contra Assad, y preparar la ofensiva contra ese país, donde están los rusos apoyando al actual mandatario.

No se ocupará de lo que hagamos o pensemos los mexicanos, aun los que sugieren el envío a la frontera norte de nuestra “guardia nacional”; inexistente, hasta que la cree Don Peje.

Durmamos en la santa paz de nuestro extenso camposanto y demos gracias a San Felipe de Jesús Calderón por ello.