Desvíos

 

Los multimillonarios desvíos salieron mayoritariamente de los ramos educativo y de salud


Los multimillonarios desvíos detectados por la ASF en las gestiones de los gobernadores inmediatos anteriores de Chihuahua, Quintana Roo y Sonora, y del hasta hoy titular del Ejecutivo de Veracruz, tienen un denominador común: salieron mayoritariamente de los ramos educativo y de salud. Esto no es accidental, pues son los estancos federales que, en razón de sus responsabilidades, permanentemente sitúan cuantiosos recursos frescos, siempre etiquetados, para su ejercicio por parte de las entidades federativas.

Educación en particular envía mucho dinero Federal para pagar sueldos de todos los servicios, construcción y mantenimiento de espacios escolares y, muy especialmente, para cumplir su parte en los convenios pari passu en sistemas de educación media superior y superior como el Colegio de Bachilleres, Conalep, centros de capacitación, educación de adultos, universidades interculturales, tecnológicas y politécnicas, algunas preparatorias, y en los institutos estales de construcción educativa de los estados.

El problema es que una vez mandado el recurso, quedan al arbitrio de los gobiernos locales, quienes determinan su destino final, ordenando lo conducente a los directivos estatales de esos servicios, nombrados discrecionalmente por ellos en una concesión graciosa de la Federación, casi siempre entre cuates e incondicionales, aunque hay excepciones honrosas. ¿Cómo pudieron mal ejercer tantos miles de millones de pesos sin la correspondiente alerta por parte del personal federal a cargo de la supervisión de su buen ejercicio, especialmente los titulares nacionales de los organismos correspondientes?

El asunto requiere tomar medidas inmediatas, para intentar evitar, o cuando menos paliar, que se repita lo mismo en los próximos cambios de gobierno. La Secretaría de Salud ya demandó a varias instancias estatales de ese ramo, Educación Pública debe hacer lo mismo. Está demostrado que el tema educativo no es prioridad de los gobernadores, los hechos lo acreditan más allá del discurso ¡Cuidado!