Dinero ilegal y sucio en las campañas electorales

 

La denuncia hecha hace dos días por María Amparo Casar y Luis Carlos Ugalde es de suma gravedad y muestra el porqué del fracaso del experimento democrático en nuestro país


En un país donde se respetan las leyes una situación similar a la que el martes se denunció en México cimbraría hasta sus cimientos a la sociedad entera, especialmente a sus instituciones políticas y gubernamentales. Pero, como en nuestro país los partidos políticos y sus militantes más distinguidos están muy por arriba de la ley, la denuncia seguramente será ignorada por ellos y por una sociedad cínica a la que ya no le sorprende nada.

La denuncia hecha hace dos días por María Amparo Casar y Luis Carlos Ugalde es de suma gravedad y muestra el porqué del fracaso del experimento democrático en nuestro país.

Casar, que es presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, y Ugalde, que es director general de Integralia Consultores y expresidente del IFE, presentaron su reporte “Dinero Bajo la Mesa: Financiamiento y Gasto Ilegal de las Campañas Políticas en México”, en el cual señalan que por cada peso legal que se usa en una campaña hay 15 pesos ilegales de diversas procedencias, algunas menos respetables que otras.

Entre los aspectos más importantes del reporte, que puede verse en dinerobajolamesa.org, destacan los siguientes:

1. Hay tres mecanismos ilegales de fondeo de campañas: desvío de recursos públicos, contribuciones ilegales de particulares y financiamiento del crimen organizado. Como una inversión cualquiera, quien arriesga su dinero lo hace por la expectativa de un rendimiento futuro.

El gobernante o servidor público lo hace para apoyar al candidato de su partido o en ocasiones de otros partidos para garantizar “inmunidad” o para construir redes de apoyo político que le ayuden a proseguir su carrera. El empresario o contratista lo hace para obtener acceso al nuevo gobierno en la forma de contratos, permisos o regulación favorable. Y el crimen organizado lo hace para proteger su negocio, sea en la forma de rutas de trasiego de droga, protección policial o para infiltrarse en el gobierno y apoderarse de plazas de venta.

2. En aproximaciones conservadoras, se estima que, en promedio, ¡por cada peso que un candidato a gobernador declara y que la autoridad observa, hay 15 pesos más que se mueven en la oscuridad!

3. La fiscalización de las campañas políticas es uno de los medios para sancionar el financiamiento ilegal y los gastos por encima de los topes legales…

Sin embargo, el mecanismo es insuficiente y en ocasiones incluso irrelevante para combatir el enorme problema del fondeo ilegal de campañas.

Ugalde me dijo –cuando lo entrevisté el martes– que todos los partidos y la mayoría de sus candidatos reciben dinero sucio e ilegal, lo que significa que, a fin de cuentas, nuestros gobernantes y representantes acaban trabajando para quienes financiaron sus campañas y no para el pueblo de México que les paga lo que aparentemente son sueldos ridículos si se comparan con los recursos oscuros que reciben.