Diputados sueldos de elite

ENTRADA.- Son muchas las causas por las que nuestra sociedad en su conjunto, está de muy mal humor estos últimos años. Como si no hubieran sido suficientes los problemones del narcotráfico, el crimen organizado, los desaparecidos, la infinita historia de los normalistas de Iguala o de las fosas clandestinas, a última hora nos aparece un loco de copete rubio conocido como Donald Trump.

En ocasiones nuestro mal humor se  ha manifestado con ira y rencor.

No pueden convivir más de dos mexicanos al seno de la familia, en la cantina, restaurante, bodas o bautizos, en que no salga el tema de las raterías de Borge, Padrés o de los dos Duarte. Estas ratas de dimensiones descomunales lograron, con increíbles actos de magia y malabarismo, desaparecer los dineros públicos de los estados que desgobernaban.

SOPA.- Desgraciadamente la irritación social originada por la corrupción de muchos servidores públicos se verá incrementada próximamente. Y es que muy pronto saldrán de la cárcel varios conocidos procesados gracias al tecnicismo jurídico de “violaciones al debido proceso”, si no, al tiempo.

PLATO FUERTE.- Jamás sería mi intención enchilar aún más a mis lectores o de ponerlos de mal humor, pero es de alarmar que los señores diputados federales se hayan asignado por sí y de motu proprio, un premio para este fin de año. Además de su aguinaldo de 140 mil 504 pesos, cada uno de los 500 legisladores tendrá derecho a 67 mil 515 pesos más por atender a la ciudadanía.

POSTRE.- En un país con 50 millones de pobres, desempleados y subocupados, no es posible que se exhiban estos excesos por parte de los diputados (faltan las cuentas de los senadores). En un país en donde no hay ni aspirinas en sus sistemas de medicina social y en donde las parturientas mueren en las escaleras de los hospitales públicos no es ético hacer tales exhibiciones de ingresos para una elite en especial.

Ese tipo de actitud lo único que pone en evidencia es una falta total de solidaridad, sensibilidad política y de ética aderezada con un cinismo institucional.

DIGESTIVO.- Se discute en todos los foros si se aumenta o no el salario mínimo en unos cuantos miserables pesos al mes, pero los legisladores sí se lo aumentan a discreción a cuanto quieren y como quieren.

Nada de esto ayuda a los mexicanos que todos los días y cada vez más irritados, deambulan desde muy temprano buscando un magro ingreso para subsistir con su familia.