¿Dónde está el piloto?

 

Las elecciones ya han llegado al campo de batalla


En este momento se está produciendo en nuestro país un choque frontal de trenes entre los distintos órganos de gobierno.

Es más, las elecciones ya han llegado al campo de batalla mucho antes que a las urnas y mucho antes de que inicie formalmente la contienda electoral.

Ahora Chihuahua, su gobernador, el Gobierno Federal y el caso de César Duarte –de difícil explicación por donde se mire– están complicando, mucho más de lo que ya estaba, el panorama político del país.

Pero sobre todas las cosas están evidenciando lo que muchos sabemos y pocos colegas –como el que tiene el privilegio de haber fundado este periódico y que colabora en este mismo espacio Puntos sobre las íes a lado de esta columna–, denunciaron hace mucho tiempo, que es: ¿dónde está Osorio Chong?

Y es que, no se sabe cuándo dimitió, ni cuándo dejó de ser realmente el titular de la Segob, pero lo cierto es que el país no tiene gobernación.

En ese sentido, no importa que el presidente lo sepa o no; no importa que Navarrete Prida, el actual secretario del Trabajo, se vaya preparando; no importa con qué hechos realmente recuerden el 94; no importa nada, sólo importan los hechos y esos son los que ahora nos demuestran que nada de esto sería posible si no hubieran tantas manos que mecen la cuna desde el propio gobierno del PRI.

Ya hemos pasado por circunstancias que han dejado de manifiesto lo que puede llegar a ocurrir cuando estas jugadas se producen. Pero conviene que todo el mundo recuerde que frente a un Duarte hay tres poderes, y que ahora que hay dos Duarte y al parecer ni un solo poder, nada exonera de la capacidad de reaccionar frente a un fenómeno general llamado corrupción.

El juego de quien maneja el presupuesto, siempre y en cualquier lugar del mundo es similar a la negociación entre sindicatos y empresarios, es decir, es una negociación de fuerza que se manifiesta a través de una violencia impresa o expresa.

Pero la verdad es que este encontronazo, este enfrentamiento, esta denuncia y este intento de polarizar el ruido de las ráfagas, de los muertos y del fracaso total de la política de seguridad del gobierno de Chihuahua, tiene la misma relevancia que el incomprensible hecho de que César Duarte no esté detenido y tampoco haya sido extraditado por las 11 órdenes de aprehensión que ya hay en su contra.

México está turbulento. La gobernación no existe. Y la campaña sigue unos rumbos muy peligrosos en un país en el que ocurren casi cuatro homicidios por hora.

¿Dónde está el piloto?

@antonio_navalon