El cínico engaño

 

La promesa fue de todos y se comprometieron a ayudar


Mucha alharaca hicieron los líderes de los partidos políticos con el tema de apoyar a los damnificados del sismo del 19 de septiembre pasado.

Los discursos fueron variados en el sentido de que habría que solidarizarse y ayudar a quienes se quedaron sin techo para dar una muestra de la generosidad.

Todos dijeron que habría que colocar por encima del interés de los partidos el de los damnificados. La promesa fue de todos y se comprometieron a ayudar.  Bueno son políticos, es decir, prometen mucho y por lo regular poco cumplen. Andrés Manuel comenzó a calentar el escenario con el compromiso de entregar, él mismo, 20 por ciento del dinero público que recibe Movimiento de Regeneración Nacional para los damnificados del huracán Irma y del terremoto del 19 de septiembre pasado.

Eso despertó el sentido de solidaridad de los demás partidos y de una u otra forma se adhirieron a la propuesta.

Prometer no empobrece, cumplir es lo difícil, y más cuando se trata de repartir dinero que los mexicanos aportamos para el sostenimiento del aparato burocrático  y los programas de gobierno.

Porque hasta ahora el único que ha cumplido su palabra es Enrique Ochoa, presidente del Partido Revolucionario Institucional, quien acudió a entregar personalmente el oficio de renuncia a las prerrogativas que le correspondían a su partido por lo que resta del año.

Andrés Manuel López Obrador guardaría un sospechoso silencio cuando le señalaron que el no podía repartir dinero de manera discrecional porque es dinero público, es decir, de todos los mexicanos, y que si quería repartir dinero que repartiera el suyo, que seguramente mucho ha acumulado de esos casi 20 mil millones de los que ha dispuesto durante su carrera política. Claro está que sin argumento posible, dejó de hablar durante muchos días, y han tenido que ser sus correligionarios, quienes para evitar su desgaste, salieran a dar la cara.

Aunque usted no lo crea, hasta ahora el prócer máximo de los desposeídos de este país solamente ha mostrado el rostro del engaño, porque no ha vuelto a tocar el tema. Creo que al señor López lo que menos le interesa es el destino de los desposeídos, porque no quiere quedarse sin dinero para seguir con su propósito de alzarse con la Presidencia de la República. Todo quedó en la simple promesa, tanto del señor López Obrador como de los integrantes de los demás partidos.

Pero si algo peor le podría ocurrir en estos momentos, es que tampoco tiene cara para llamar corruptos a los demás porque la mayor evidencia de corrupción se ha dado entre los gobernantes que militan en su partido.

No sé si seguirá callado, pero difícilmente podrá recuperarse de ofrecer sin cumplir, y porque entre los gobernantes de su partido estuvieron los mayores actos de corrupción que podaron muertos en la tragedia que acabamos de vivir. Tampoco panistas ni perredistas han cumplido lo que ofrecieron, y esto quiere decir que solamente los priistas son los que tuvieron palabra. Aunque usted no lo crea. Al tiempo.

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