El desarrollo estabilizador del AMLO frente al proteccionismo de Trump

 

Es claro que el modelo económico propuesto por López Obrador es exactamente el menos indicado para afrontar esta actualización de riesgos económicos y financieros que enfrentará México


Estados Unidos ha iniciado una guerra comercial con Europa, Japón y Norteamérica. El presidente Donald Trump hace un mal cálculo dentro de la esquizofrénica política comercial que quiere impulsar en pleno siglo XXI. Para México, lo imperativo hoy, es atender esta guerra comercial con los instrumentos que las reglas del comercio le otorgan y será mucho después cuando haya espacio para pensar en un nuevo TLCAN.

Nos tardamos en entender, nos perdimos en las banalidades de Trump sin darnos cuenta de que el problema desde el principio siempre fue su proteccionismo, su populismo de derecha y su antimexicanismo.

Como mexicanos nos debe preocupar el futuro. A las ideas y acciones surgidas de una persona como el presidente Trump se les debe contrarrestar con una visión de futuro, con la fuerza de la apertura hacia el mundo, el multilateralismo, con lo actual y lo moderno. Nuestra economía quizá no sea ejemplo de desarrollo y abatimiento de la pobreza y mucho menos está soportada por una sólida base de estado de derecho.

Sin embargo, es claro que el modelo económico propuesto por López Obrador es exactamente el menos indicado para afrontar esta actualización de riesgos económicos y financieros que enfrentará México.

En múltiples ocasiones López Obrador ha mencionado su intención de regresar a un modelo económico de tantos que México probó hace décadas. Por si hubiera duda de su propuesta, en su espléndido artículo de la revista Nexos del 1 de junio, Héctor Aguilar Camín vuelve apuntar sobre el desarrollo estabilizador propuesto por AMLO. El también llamado “milagro mexicano” se caracterizó por un crecimiento de 6 por ciento sostenido a costa de una muy alta inflación, por una economía cerrada hacia el comercio exterior y por un control del tipo de cambio por parte del Gobierno y, desde luego, por la falta de autonomía del Banco México. Por 12 años, México tuvo un peso fuerte, 3 pesos por dólar, pero al no sostenerse, la devaluación súbita cobró la factura creando más pobres que nunca, llevando a nuestra moneda al piso de 12 pesos por dólar. En este momento, frente a Trump, sin TLCAN, con un dólar muy fuerte, la economía que quisiera implantar en caso de ganar la Presidencia, López Obrador, no es la indicada. El controlar el tipo de cambio con una paridad fija, cerrar la economía, mantener una estabilidad artificial desde el Gobierno representa un muy alto riesgo económico frente a un muy alto riesgo económico ya enfrente.