El escalofrío

 

El mundo tiene la mala costumbre de cambiar cuando es demasiado tarde


Leónidas rey de Esparta era un guerrero en estado puro. Él, su mujer, sus hijos y su círculo social decidieron que toda imperfección humana que no le permitiera a las personas procrear o convertirse en un guerrero debía ser tirada por el precipicio hacia la basura de la historia.

Leónidas vio venir la Batalla en el Paso de las Termópilas y que sus 300 hombres contra los 300,000 de Jerjes el rey de Persia sería un enfrentamiento hasta vencer o morir. Sin embargo, terminó muriendo en la batalla ante la traición de Efialtes de Tesalia, quien reveló la ruta de los espartanos al ejército persa.

El mundo tiene la mala costumbre de cambiar cuando es demasiado tarde. Y tal vez para evitar el Armagedón que está plasmado en la Biblia, decidimos reproducirlo de vez en cuando aquí en la Tierra.

Llegamos al 8 de noviembre y hasta el momento nadie sabe lo que pasará, sin embargo, lo que sí sabemos es que es buen momento para recuperar lo que pasó.

Y es que, sólo el maldito machismo podría explicar por qué llegamos al momento en el que ahora nos encontramos. Ya que mientras se abren los colegios electorales en Estados Unidos, llegamos más allá de toda razón y metidos en la ola del final de una época.

Donald Trump no sólo ha sido un indigno rival en una repulsiva campaña, sino que además hemos podido presenciar la forma en la que el mundo se puede poner de rodillas, porque la gesta civilizadora basada en las experiencias de la guerra y la sangre derramada dejaron de tener vigor frente a unas sociedades que necesitaban construir su propio camino hacia la catástrofe.

Fue el machismo, fue la incompetencia de Hillary, fue la sonrisa de Clinton que dejó de ser seductora y fue un sistema que ya no se sostiene. En ese sentido, ¿qué es lo hará que el día de hoy pueda pasar a la historia como las grandes fechas que generaron cambios en la humanidad?

Porque efectivamente en EU había leyes y hay instituciones, pero todo lo que ha pasado marca de tal manera las cartas que el juego ya nace trucado.

Ahora el país está dividido en dos y hemos pasado de que no se puede discriminar a nadie por su color, por su sexo o por sus preferencias, al hecho de asegurar que cuando se tiene éxito y fama se puede tomar a las mujeres por los genitales.

Todo eso forma parte de lo que se debe reflexionar cuando se vaya a votar, porque tal vez lo que conocemos como civilización ha caducado y ahora los seres humanos necesitamos un paseo traumático por nuestro propio Paso de las Termópilas que significa aniquilar tantos años de cultura democrática frente a los insultos desquiciados de un especulador inmobiliario.