El infierno

 

El mundo ha mostrado preocupación desde que Donald Trump resultó triunfador


Hoy amanecimos con un nuevo presidente de los Estados Unidos, y el mundo ha mostrado preocupación desde que Donald Trump resultó triunfador. El curioso sistema electoral norteamericano eligió una vez más al candidato que tuvo menos votos; pero eso sale sobrando cuando la preocupación de la mayor parte de las naciones del orbe está situada en los arranques de ira o las ocurrencias que de pronto le surgen al señor Trump.

Por lo pronto David Duke, otrora líder del grupo supremacista blanco identificado como el KuKuxKlan, ha elevado la voz para señalar que ahora las minorías tendrán que sujetarse a nuevas reglas, y que los migrantes sabrán lo que significa el infierno. El problema de esta circunstancia consiste en que los locos que militan en esta peligrosa secta podrían organizar cacerías de migrantes en los lugares donde pernoctan para resguardarse de “La Migra” o de las inclemencias del tiempo. Claro está que el sistema político y gubernativo de Estados Unidos presenta la peculiaridad de que pese a que el mandatario tiene y mantiene el control del botón que detona los misiles nucleares; y aunque el Partido Republicano cuenta con la mayor parte de los escaños en el Senado y en la Cámara de Representantes, existen otros mecanismos de control para el caso de que una crisis no debe ser manejada por un solo individuo.

La mayoría republicana quizá le alcance al señor Trump para superar los mecanismos sobre la presentación y aceptación de leyes relativas a sectores considerados prioritarios o de seguridad nacional, pero no tendrá el control de eso que se denomina stablishment, lo cual no es otra cosa que el conjunto de hombres y mujeres que, de una u otra forma, detentan el poder extraconstitucional en función de su dinero, su influencia social o de negocios y hasta científico.

Los observadores internacionales apuntan que el verdadero poder de la nación norteamericana está en ese ente amorfo e identificable que toma las decisiones más trascendentes fuera de los sistemas de seguridad nacional. Por si eso fuera poco, las relaciones comerciales y financieras con los países industrializados se realizan con reglas establecidas en Bretton Woods en 1944.

Tampoco será sencilla la relación del señor Trump con los mexicanos porque lo primero que ha señalado es que fortalecerá las fronteras para que las cosas cambien.

La amenaza de regresar a la mayor parte de los indocumentados mexicanos será muy difícil para el actual gobierno, ya que no cuenta con los recursos suficientes como para reinsertarlos en los procesos económicos del país. El problema no es que los repatríen, nuestro problema es qué vamos a hacer con ellos. Al tiempo.